23. El mejor fin de semana.

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Después de conversar sobre muchas cosas sucedidas en esos días, descansar un poco y prepararse para esa noche; las tres chicas decidieron salir y buscar al dúo que estaba cruzando el pasillo para saber si podían ayudar en algo. Tocaron la puerta y esperaron a ser recibidas.

-Oye Eriol. – Habló Rika. – ¿Hay algo en lo qué podamos ayudar? Sentimos que hemos recibido mucho sin hacer nada. – Para nada señoritas; ustedes han dado mucho. Pero vamos, pasen. – Eriol se hizo a un lado para dejarlas entrar. 

– Digamos que esto es como una especie de excusa para salir a divertirnos, aunque también es una forma de compensar la labor de todos ustedes, ser maestro no es tarea fácil, y muchas veces nos olvidamos de que tienen una vida y tienen derecho a vivirla sin necesidad de cuidar las apariencias. La sociedad se fija mucho en todo lo que ustedes hacen o dejan de hacer, por esa razón quisimos que en este fin de semana tuvieran la oportunidad de divertirse sin la necesidad de preocuparse por llegar a casa.

-Muchas gracias por lo que han hecho por nosotros. – Habló Sakura muy agradecida. – La verdad que ha sido un fin de semana inolvidable. – Para algunos más que otros. – Dijo Chiharu burlándose.

 – En eso tienes mucha razón mi estimada Chiharu. – Este lugar será el causante de muchos suspiros una vez que regresemos. – Hizo el gesto de golpear con el codo en el estómago a Chiharu, Rika solamente reía.

 – ¿De qué hablas? – Preguntó Sakura. – Nada relevante amiga, es solo que he visto a muchas parejas este fin de semana, esa puede ser una razón para suspirar por este lugar. – Sakura infló sus mejillas.

-Bueno, hemos venido a ofrecer nuestra ayuda, no a burlarnos de los demás. – Agregó Rika. – ¿No necesitan ayuda? – La verdad no, muchas gracias. – Dijo Eriol. – Ya tenemos todo listo. Además, esta vez estaremos nosotros solos. Como en los viejos tiempos. – Agregó sonriendo el ojiazul. – Con un integrante que ya parece viejo amigo claro está. – Te tardaste mucho en nombrarme. – Espetó con tono de burla Syaoran saliendo del cuarto de baño.

-Sabes que eres especial para mi lobito. – Se burló Eriol. – Eres imposible de olvidar. – Vamos no empieces con tu albur. – Syaoran lo cayó rápidamente y saludó a las tres mujeres. – Hola a las tres. – Las mencionadas correspondieron el gesto. 

– Si es solo para nosotros; ¿qué pasará con los demás? – Preguntó Sakura. – Sencillo mi estimada flor de cerezo. – Respondió muy sonriente Eriol. – Yo mencioné en la mañana que después del almuerzo hasta el día de mañana eran libres de hacer lo que ustedes desean.

-Solo que a ustedes no podemos permitirles que nos dejen solos. – Sonrió con picardía. – En este lugar hay muchas mujeres que podrían intentar secuestrarnos yo podría hacer un sacrificio, pero mi amigo Syaoran es intocable. – Palmeo la espalda del chico que estaba sentado a su lado, las demás rieron ante las ocurrencias de Eriol. 

– Ustedes están convencidas que él no puede vivir sin mí. – Dijo Syaoran siguiéndole el juego. – Sabes que así es. – Contraatacó el ojiazul. – ¿Seguiremos con estas bellas declaraciones, o nos dirán que haremos? – Preguntó bufando Chiharu.

 – ¿Qué modales son esos Chiharu? – Preguntó con fingida molestia Rika. – Deja que ellos nos digan cuando sea el momento. – No comas ansias Chiharu. Ya falta poco. Es más. – Se puso Eriol de pie. – ¿Por qué no salimos de aquí?

-Ya nuestras cosas deben de estar listas. Vamos. – Dijo abriendo la puerta. Sus amigos le siguieron. Syaoran se quedó atrás y tomó la mano de Sakura para salir juntos de la habitación. Ella sonrió ante ese gesto.

Se dirigían al lobby del hotel mientras conversaban animadamente. Al llegar fueron recibidos por la recepcionista quien les entregó un par de llaves. – ¿Eso es todo lo que necesitamos? – Preguntó una confundida Sakura. – Claro que sí; y un cepillo de dientes, por cierto. – Rieron con la ocurrente respuesta. – Tranquilas, al lugar que vamos está equipado con todo lo necesario para pasar la noche.

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