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* (+ 18) Omegaverse. Stony/I...
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Necesito calmarme y centrarme en la carretera, al fin he podido encontrar a Tony y estoy seguro, de que a partir de ahora todo estará bien; ambos estaremos bien. Me estoy aferrando fuertemente a esta convicción, cuando de pronto siento un fuerte pinchazo en el pecho que me deja sin aire, esto me hace detener el auto en seco, pues no puedo respirar; en un primer momento no se qué está pasando, pero pronto caigo en la cuenta de que por muy alterado que esté, lo que estoy sintiendo no proviene de mí, sino de mi Omega, solo que lo siento como si fuera algo propio, debido a nuestro lazo. Me giro en mi asiento y le llamo un par de veces, pero no me responde, se encuentra inmóvil tumbado de costado en el asiento trasero y no puedo ver su rostro, si está haciéndolo adrede se ha pasado de la raya, porque está consiguiendo asustarme. Salgo del vehículo para llegar hasta él desde el asiento de atrás, mientras le ordeno con mi voz Alfa que me conteste una y otra vez, él no podría negarse a eso, estoy seguro, pero sigue inmóvil. Ingreso en la parte trasera, le sujeto por los hombros y le muevo pero no sirve de nada, así que me aferro a su cuerpo totalmente en shock; Tony está transpirado pero aún así muy frío, no entiendo lo que está pasando, pero nunca en mi vida había sentido un terror tan grande como el que estoy sintiendo ahora.
Le giro rezando para que todo sea un truco suyo y quién sabe, quizás recibir un golpe por su parte, no me importaría con tal de que reaccione, pero no es así, sigue inmóvil y no sé si su pulso es muy débil o inexistente. No sé qué hacer, el nudo que se ha formado en mi garganta me duele como el demonio y le abrazo pegándolo a mi pecho, no puedo perder a Tony, él es lo único que siempre he querido tener, lo único puro que hay en mi vida.
Me rompo y comienzo a llorar balanceando suavemente el cuerpo de mi Omega entre mis brazos, hundo mi nariz en su cabello y aspiro como queriendo retener su dulce aroma para siempre, creo que es la primera vez que lloro desde que era un niño, y de algún modo, siempre he sabido que si volvía a hacerlo, debía ser por él, por Tony. Estando así es cuando siento el calor de un leve aliento suyo en mi cuello y reacciono, él no se ha ido, no aún al menos.
Me obligo a reaccionar y a recostarlo con cuidado, estoy confundido y mis lágrimas se mezclan con una risa lastimera que no puedo contener, mientras le beso con cuidado y le digo que todo va a estar bien; tras esto, me dirijo lo más rápido que puedo a un hospital.
Una vez allí le atienden rápidamente y con el diagnóstico en la mano, echo la vista atrás y este me golpea como si me dieran con una pala en la cabeza varias veces.
La naturaleza Omega es muy sensible, eso me explicaban los doctores con cara de reproche, como si no fuera algo que yo ya supiera como el resto de los mortales, el equipo médico está formado por simples Betas que dirigen sus miradas acusadoras sobre mí y por primera vez en mi vida no objeto nada, soy su Alfa, su supone que debo cuidar de él, pero mil veces sentí deseos de hacerle daño hasta que al final, una crisis de ansiedad y pánico ha llevado a mi Omega a las puertas de la muerte, ha tenido un fallo multiorgánico debido a esto, y a que estaba muy débil, porque al parecer no ha comido ni dormido bien en las últimas semanas.
