LO QUE NO ES AMOR.

Capítulo 13. (Tony, no.)

No puedo negar que estoy un poco nervioso con este reencuentro. Trato de arreglarme lo mejor que puedo la ropa que traigo bajo la armadura al salir de esta, pero no hay mucho que se pueda hacer.
Mientras espero me pregunto si los nervios que siento son míos o son de Víctor, creo que después de pasar la noche abrazado a Steve me siento mejor, pero él vínculo que me une a mi Alfa, me obsequia con punzantes dolores de cabeza y una ansiedad en la que no quiero pensar, porque si lo hago, esta me hace sufrir por él y eso es lo último que quiero.

Sé que Pepper siempre recorre este paso hasta la estación de autobuses para volver a casa y he preferido tratar de reencontrarme con ella aquí, en este lugar de tan poco transito, antes que acercarme hasta las proximidades de la empresa, eso sería arriesgarme demasiado.

De verdad tengo ganas de hablar con mi amiga. He compartido con ella todo durante los últimos años y en sólo unos días mi vida a cambiado tanto, han pasado tantas cosas, que aún no asumo el que ella no haya sido testigo. No sé en realidad que le voy a decir exactamente o cómo reaccionar cuando la vea, sólo sé que la necesito a mi lado.

Llega el momento y aguanto la respiración cuando veo que Pepper se acerca hacia mí, parece que realmente ha visto un fantasma y eso que hace sólo unos pocos días que me he marchado, cuando llega a mi lado veo como una lágrima escapa de sus ojos y me ofrece la más bonita de sus sonrisas. No puedo evitarlo y le doy un fuerte abrazo que sale desde el fondo de mi alma, al cual ella corresponde gustosa. Pepper no es muy de abrazos, pero siempre los da o los corresponde justo cuando más se necesitan, me besa emocionada varias veces por toda la cara, y no sé si está riendo o llorando, así que la miro y le sonrío.

— ¿Qué haces Pepper? Parece como si hubieras visto un fantasma —. Pepper me devuelve la mirada con cara de reproche.

— ¡Es que lo estoy viendo! ¡Dios mío Tony! ¡Estás hecho un asco!! ¿Estás más delgado? ¿Y que llevas puesto?

— La preguntas una a una, pero primero contéstame tú a mí. ¿Por qué estás tan sorprendida de verme Pep?

—Tony, ¡Oh! Tony. Tienes que escucharme, te estuve llamando a casa sin parar y al no contestar fui hasta allí a buscarte, pero no había señales tuyas por ninguna parte y me preocupé, así que como ya sabes cómo soy, traté de investigar por mi cuenta y supe que Víctor ha puesto una demanda en contra tuya por abandono de hogar, y ahora la policía te está buscando para devolverte a casa, así que lo primero que pensé, fue que él te había hecho algo y que la denuncia era sólo para cubrirse las espaldas.

— Siento no haberte llamado Pep, la verdad yo... Ni siquiera sé qué pasó con mi teléfono.

—Sólo dime que estás bien, que el bruto de tu marido no te hizo nada.

— ¡No le llames bruto, por favor!— Al ver la reacción de Pepper, me doy cuenta de que ya le estoy protegiendo otravez, no tengo remedio —. Oh... Lo siento, de verdad Pep, yo... No sé ni qué estoy diciendo, aún no me siento listo para escuchar según qué cosas, pero... Si nada más supieras todo lo que ha pasado.