ii

2.5K 259 46
                                        

―Lo siento mucho, Mikey ―decía Mercy, mientras se aferraba a él en el sofá del salón.

Al final del día, Mike había vuelto. Siempre volvía. Esto no era diferente. Eran los amigos más jodidos del mundo y no había reparo para ellos. Michael la sostenía contra su pecho, con ella sentada a horcajadas sobre sus piernas, rectas y extendidas en el sofá.

―Yo lo siento, Mer, joder... no quise decir eso ―acarició su cabello con cariño.

―No importa. Estabas siendo sincero... soy tan ridícula...

―Ustedes son tan extraños ―dijo Calum, desde la puerta de la cocina.

―Deberían conseguir una habitación ―comentó Luke a su lado.

―Cállate, Luke ―espetó Michael, y apretó a Mercy contra él.

Eran las tres la mañana del ahora viernes, y Mercy tenía tanto sueño que se durmió en el pecho de Michael, y Michael se durmió en esa posición también. Luke, Calum y Ashton durmieron en las habitaciones y era tácito que se saltarían las clases.

Cuando Michael despertó, tenía a Mercy sobre él. Era algo bastante incómodo, dado que su erección matutina estaba en su máxima expresión. Mercy estaba profundamente dormida, y se movió contra su cuerpo para buscar más comodidad, terminando por frotar justo el lugar problemático de Michael.

―Joder ―susurró por lo bajo.

―Estoy despierta, idiota ―comentó Mercy en medio de una risa y poniéndose de pie para salir corriendo.

Michael la persiguió por todo el departamento, dándole la vuelta completa unas cinco veces, hasta que la alcanzó intentando entrar a su habitación. Alcanzó a abrir la puerta y ambos cayeron en el piso alfombrado, Michael sobre Mercy. Comenzó a hacerle cosquillas, y como toda cosquilluda, Mercy comenzó a gritar en medio de risas y súplicas para que parara.

―¡WOW! ―gritó Luke, despertando asustado junto a un profundamente dormido Calum. Este se removió un poco, pero luego volvió a quedarse dormido.

―¡SUELTAME, MICHAEL!

Ashton llegó apresuradamente, cual héroe, a ver qué sucedía. Cuando notó de qué se trataba, tan solo se echó a reír.

Eventualmente, Michael se detuvo, dejando a Mercy sudorosa, con las mejillas coloradas y el cabello hecho una maraña. Se puso de pie y le tendió una mano para ayudarle a levantarse, la cual Mercy tomó sin cuidado.

―Como recién follada ―susurró burlón, y Mercy solo pudo poner los ojos en blanco.

Quisiera ella.

Los cinco se dirigieron a la cocina. Era una suerte que Michael hubiera salido a hacer las compras, porque si fuera por Mercy, viviría de pizza y agua fría. Se sentaron en la barra mientras Michael preparaba unos sándwiches.

―Como se nota que Michael hace las compras ―comentó Ashton, revisando una alacena. Mercy frunció el ceño―. Solo él olvidaría un paquete de condones donde se guardan los cereales.

Mercy sintió como sus mejillas perdían color.

―Disculpa por mostrarte objetos desconocidos, Ash ―dijo Michael.

―Zorra ―respondió él, haciendo que todos se rieran.

En la cocina, Michael era un cocinero exprés. Al ser un experto en el desayuno, en menos de siete minutos los cinco tenían listos unos sándwiches rellenos de jamón, tomates y queso, y jugo de naranja. Los chicos comían extremadamente rápido, pero Mercy se tomaba un poco más de tiempo en masticar lo que iría a su estómago.

that something | cliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora