that something | clifford

viii

— ¿Te acuerdas de la llamada de tu hermana? —preguntó Luke, al otro lado del salón.

—Sí.

—Bueno, genial —intervino Ashton—. Luego llegamos hasta aquí y nos emborrachamos con Novu y comimos pizza hawaiana.

Mercy asintió con la cabeza. Luke, Ashton y Calum se veían interesados en hacerle recordar, pero Michael se veía completamente ido. Su mente estaba en algún lugar lejano, mientras escribía en su móvil.

Michael no se escribía con nadie fuera de las personas que estaban en esa habitación.

—Joder, ¿estás hablando con Jared? —preguntó Mercy, desechando cualquier intento de ayudar de los chicos.

Michael se volvió a verla.

—Me ha dicho que lo siente.

—¿Siente haberme insultado como un maldito loco?

—No maldigas, joder —pidió Ashton.

—De hecho me dijo que sí —continuó Michael, ignorando a Ashton.

—Una mierda. Miente.

—Parece realmente arrepentido. Hasta me ha contado que sus padres se han vuelto locos. Les dijo, Mer.

Mercy lo miró por unos segundos, preguntándole con la mirada si en serio iba a caer tan fácil y después de tan poco tiempo. La mirada del pelirrojo —cuyo cabello parecía más naranja ahora— le decía claramente que no podían ser tan duros con Jared.

Pero sí podían. Era un jodido loco que había sobrepasado las líneas de la paciencia de Mercy. Y además, aunque no quisiera admitirlo abiertamente, Mercy prefería al Michael soltero. No solo porque no estaba besándose o acostándose con nadie, sino porque las relaciones amorosas hacían que la gente fuera estúpida.

—Haz lo que quieras, Michael —terminó por decir, suspirando.

—De verdad creo que algún día van a terminar comiéndose el uno al otro —murmuró Calum, un poco demasiado fuerte.

Michael simplemente besó la mejilla de Mercy, agradeciendo su comprensión, cuando en realidad ella no comprendía nada; solo estaba dejándolo hacer lo que quisiera, como siempre era con él.

Cada día después de ese día fue de mal en peor. Para la siguiente semana, Michael estaba saliendo de nuevo con Jared, y hasta se quedaba con él hasta el día siguiente, cuando lo llevaba a la escuela. Mercy había dejado de esperarlo cuando pasó por tercera vez, y se dio cuenta de que no había dormido nada esperando a alguien simplemente no iba a llegar.

Michael estaba siendo un maricón, y Mercy comenzaba a sentir que lo que fuera que había olvidado no podía ser tan importante si no podía recordarlo. De otra forma, alguien hubiese visto o escuchado algún pedazo de su incompleta memoria.

Había llegado el punto en el que iba a la cama de Michael a dormir para sentir el olor en las sábanas que ahora estaba siendo reemplazado por el suyo. Había estado llorando de nuevo, pero nunca dejó que Michael la viera.

Un día, impresionantemente, Michael llegó a casa temprano. Temprano, es decir, a las seis o siete, cuando Mercy ya se hallaba en su cama para intentar dormir. Cuando él abrió la puerta y la vio acostada en su cama, en pijamas y acurrucada como un perrito, pareció sentirse mal.

—Me extrañas —dijo, complacido.

—Oh, jódete, Michael Clifford.

Él sonrió y se deshizo de su bolso, cambiándose de ropa rápidamente por una camiseta de algodón y pantalones holgados de cuadros escoceses. Luego se acostó a su lado y la abrazó, siendo la cuchara grande.

—Te he visto muy poco.

—Bueno, las cosas con Jared van realmente bien —suspiró él.

Mercy tenía ganas de llorar de nuevo, pero tal vez fuera que se encontraba en sus días. ¿Quién sabe? Todo era una mierda igualmente.

—¿Estas... enamorándote?

Michael lo pensó un poco.

—Me gusta estar con él, Mer. Pero no creo que él me vea como algo diferente a un lindo Senior.

—Si no lo hace es un jodido idiota. Más de lo que pensé.

Michael besó su cabeza.

Mercy no tenía nada más que hacer. Alentar su relación con Jared era tan doloroso como necesario, porque, ¿qué más le quedaba?

—Se fue de vacaciones con su familia a Europa por una semana y media —comentó luego de un rato.

Mercy volvió su cara hacia él rápidamente, quedando, sin querer, muy cerca de su rostro. Michael se tensó ligeramente, tanto que Mercy pudo haberlo imaginado. Le frunció el ceño ante aquello.

—¿Qué? —preguntó él.

—Estás raro —concluyó ella, y luego volvió a su posición original para intentar dormir.

La tarea sería mucho más fácil en sus brazos.

michael está raro, y este capítulo es una mierda

#mircy

pd: no me importa nada y mi excusa es que soy joven y los capítulos se pondrán interesantes así que watch out

xx.