Mi departamento en la parte alta de la cuidad era mucho más cómodo que este. Pasé de ciento veinte metros cuadrados a sesenta. Pasé de poder pagarlo todo a no poder pagar nada sin ayuda, y eso es tal vez mi bendición.
Michael llegó a mi puerta por un anuncio que publiqué en Facebook, y que leyó por tener algunos amigos en común conmigo. Atendió a mi llamado desesperado y se apareció por aquí con un montón de billetes que, según dijo, se había ganado tocando la guitarra en actuaciones clandestinas. Gracias a él no vivo en la miseria. O quizá si lo hago, después de todo.
Mi miseria es Michael.
Porque él es uno de las personas más increíbles y geniales que he conocido, y el menos indicado, también. Supe muy tarde que gustaba de los chicos, y en ese período de tiempo me las arreglé para... desarrollar una inimaginable cantidad de sentimientos estúpidos hacia él.
No sé cómo pasó. Solo sé que un día me encontré esperando que volviera a casa, como si tuviera algo que hacer con él, y cuando llegó, simplemente no había nada. No tenía nada que hacer con él: yo solo quería verlo. Y eso es una verdadera mierda, porque entre las cosas que me he propuesto a no hacer y nunca he podido dejar de hacer, está enamorarme.
Él no se ha dado cuenta. Porque, aunque es gay, sigue siendo un hombre. Un poco-receptivo e impulsivo hombre. Y saca toda la mierda de mí cuando estamos juntos. Me absorbe, dobla, arruga, quema y vuelve a arreglar. Repite eso cada día, y eso me encanta.
Imagina vivir con la persona que quieres más en el mundo, y dime qué se siente no poder hacer nada al respecto.
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that something | clifford
FanfictionMichael me quema cada vez que me toca. Su mirada verde es casi como si me dijera algo. La manera en que me trata, se siente como otra cosa. Es como si sintiera cosas que no puede decir. Pero, vamos, todos sabemos que Michael es gay.