xxviii

1.7K 186 12
                                        

Mercy no recordaba haberse vestido, ni haber salido de su departamento con Frences y Michael, pero, de alguna manera, se encontraba en el auto de Michael, dirigiéndose al hospital.

Sentía un extraño frío en sus venas, como si algo estuviese mucho peor de lo que pensaban. Frences lloraba, y susurraba repetidas veces "oh, por dios... oh, por dios" en el asiento trasero. Michael estaba tan asustado que apenas podía conducir. Era de noche, suficientemente como para poder ir bastante rápido sin preocuparse por el tráfico.

Pasaron minutos —que parecían horas, a decir verdad— para que llegaran al hospital. Mercy se dijo a sí misma que tenía que mantener su mierda junta y no armar una escena. Salieron del auto y corrieron escaleras arriba hasta la recepción. Ahí, Michael preguntó por los nombres de sus amigos.

Hubo dos oraciones en respuesta.

"Ashton Irwin está en observación."

"Calum Hood está en la unidad de cuidados intensivos."

Frences pudo respirar, aunque con dificultad.

Las piernas de Mercy fallaron, sintió como sus rodillas se doblaban, pero logró mantenerse en pie. En todo el tiempo que llevaba conociendo a sus amigos, nunca había pasado algo como esto. No esperas que eso pase nunca.

Y es que ellos no eran solo sus mejores amigos. Ellos eran su familia.

Mercy corrió sin esperar a nadie al ver la primera señalización que llevara a cuidados intensivos. La adrenalina le hizo sentir que no había nada que pudiera detenerle, así que corrió a toda velocidad hasta que, por medio de una ventanilla, creyó ver a Calum.

Detrás de ella estaban Michael y Frences, siguiéndole e intentando seguirle el paso, así que casi tropiezan cuando Mercy se detuvo frente a esa habitación, incapaz de abrir.

—¡Vete a la mierda, mi amigo está ahí adentro! —exclamó Michael entrecortadamente.

Seguramente un doctor hablaba con ellos, forzado a intervenir porque tres locos corrían por la unidad de cuidados intensivos, pero Mercy no podía escucharlo. Todo lo que podía ver era a Calum, con los ojos cerrados en una cama y múltiples tubos y cables saliendo y entrado a su cuerpo. Estaba hinchado, con moretones en su rostro y tenía un brazo enyesado, pero estaba vivo. Mercy lo sabía porque el monitor cardíaco sonaba a su lado.

Ahí fue cuando soltó una bocanada de aire y comenzó a llorar. Quizá de alivio, o tristeza. Quizá ambas cosas.

Michael la atrapó en sus brazos, intentando darle consuelo. Mercy no había llorado de aquella manera tan desesperada desde hacía mucho tiempo. Se aferró a su camiseta negra, y él besó su cabeza buscando protegerla.

—¡¿Dónde está mi hijo?! —alguien gritó. Todos supieron que se trataba de Joy, quien estaba corriendo hacia donde ellos estaban, desesperada.

Detrás de ella estaba David, con los ojos cristalizados pero intentando ser fuerte por la desesperada Malí que estaba a su lado.

—Estará bien —intentó razonar Mercy, pero no lo sabía, así que solo lo dijo como un susurro ahogado.

—¿Michael? —preguntó Malí, con la voz quebrada—, ¿dónde está mi hermano?

Entonces Michael y Mercy cedieron un espacio para que ellos pudieran verle, y cuando así lo hicieron, la sala se llenó de gritos desgarradores.

Con Ashton las cosas habían sido distintas. Su familia había venido —exceptuando a su padre, que no estaba en la cuidad—, pero no había sido tan terrible. Anne Marie había comenzado a hablar sobre el peligro que representaba conducir a esas horas de la noche, mientras que el pequeño Harry y Lauren morían del aburrimiento. Ash estaba relativamente bien. Un par de feos hematomas en las costillas, una contusión y un esguince de muñeca izquierda. Para haber sido impactados por un camión a tanta velocidad, estaba bien.

that something | cliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora