Esa sombra había estado observándonos desde quién sabe cuánto tiempo, en una nube negra desde el cielo. Descaradamente sonreía como si esto pudiera significar una victoria sobre nosotros. Jack no me soltó la mano, y esperaba no lo hiciera. Pitch siempre significó miedo para mí por alguna razón desconocida.
–Vaya, vaya, no pensaba encontrarme a dos niños aquí.
–Pitch, ¿qué estás haciendo aquí? –preguntó Jack con más autoridad de la que esperaba.
–Estaba realmente aburrido cuando vi que volabas por el océano. Alguien me dijo que el viento te llevó –comentó Pitch.
–¿Alguien? –pregunté.
En seguida Jack colocó su mano para protegerme y mantener atrás de él. Pero la pregunta ya estaba hecha, ¿quién le habría dicho a Pitch que Jack estaba volando al otro lado del mundo? Y más todavía, ¿para qué se lo diría? Debería haber sido alguien que conocía a Jack, alguien que lo había visto cuando el viento lo llevaba, pero ¿quién? ¿Quién podría tener ese tipo de contacto tanto con Jack como con Pitch?
No se me ocurría alguien que además estuviera dispuesto a traicionar a los guardianes.
–Parece ser que tienes una amiga. ¿Quién es esta? La pequeña Prim –se preguntó y luego respondió a sí mismo.
–Sólo Jack tiene derecho a llamarme Prim, si tú lo haces... –dije poniéndome al frente.
–¿Si lo hago qué? Según recuerdo me tienes miedo pequeña –dijo él.
Algunas sombras se levantaron detrás de Pitch de forma amenazante. Jack se puso a la defensiva queriendo mantenerme atrás para protegerme, pero esta vez yo no iba a quedarme asustada, no cuando él me había dejado ver de dónde provenía su valor. Si él tenía valor por haber salvado a su hermana, yo encontraría mi valor. La fuente de mí fuerza.
Quizás ya lo había encontrado por la forma en la que me puse al frente de Jack, sorprendiéndolo a él y dejando a Pitch de peor humor al que ya se le veía. A Pitch no le gustaba que lo ignoraran, y tampoco le gustaba que los otros tuvieran valor para enfrentarlo, yo estaba demostrando ambas cosas. Y lo peor era que yo al ser uno de los eternos, sencillamente podría verlo, creyera, o no creyera en su existencia.
–¡Ya no te tengo miedo, Pitch! –levanté la voz para gritarlo–. ¡Ya no te temo! Si tú me llamas Prim de nuevo, te voy a hacer una cárcel de espinas y te encerraré en ella para siempre.
Él hizo una mueca, efectivamente no le gustaba mi respuesta, si yo no le tenía miedo eso sería más problemas para él porque podría usar mi magia en caso que Jack no pudiera emplear toda la suya. Pero él corrió rápidamente al centro del lago, y tomó el cayado, intenté persuadirlo, pero entonces noté que la luna había detenido su luz, ella sabía que Jack necesitaba toda su fuerza para luchar contra Pitch y alejarlo, pero tarde o temprano debería soltar el cayado, ¿no? Y si eso sucedía Pitch podría usar eso en nuestra contra porque el otro Jack tenía que tener el cayado.
Supuse que Pitch que había dado cuenta que el otro Jack estaba en el lago porque lanzó una de esas bolas como niebla negra, sin embargo para entonces yo ya había ordenado a las ramas de los árboles se movieran y protegieran el lago. Quizás la Luna nos ayudara un poco y esperara a que nos hubiéramos ido, sin embargo derrotar a Pitch no parecía algo fácil de hacer, teníamos que recibir ayuda, y la ayuda debía venir de nuestro tiempo.
Intenté decírselo a Jack pero estaba muy metido en la batalla con Pitch como para darse cuenta que lo llamaba. Era realmente rápido. Me sorprendía que hubiera aprendido a moverse con tanta habilidad sin que alguien le enseñara, bueno, debía ser la práctica. Si Pitch lanzaba un rayo negro, Jack lanzaba escarcha del cayado. El cayado.

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Crystallize
FanfictionHace ya muchos años que escribí este fanfic. Pero he vuelto a las andadas, es decir he estado escribiendo un montón de cosas más. Y ahora decidí que ya era justo darle su lugar a estas historias. La historia de Jack Frost desde donde se quedó según...