Goldenrose

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Yo que había pensado que todo en nuestro viaje había ido bien. De hecho incluso sin importar demasiado que hubiera estado molesto, furioso por las palabras que Prim dijo de mi familia, porque de cierto modo ella pensaba que me habían lastimado mis propios padres cuando era humano, y por ello los había olvidado. Tampoco importaba que al final de cuentas resultara ser yo el causante de mi propia muerte.

Ni siquiera el frío y el dolor que sentí en el corazón cuando el yo del pasado se cayó en el lago. Me dolió mucho en realidad, sin embargo Prim estuvo ahí para ayudarme, y eso calmó mis sentimientos. Nada de eso había arruinado nuestro improvisado pero divertido y educativo viaje en el tiempo.

Hasta ese momento en que Pitch apareció, o mejor dicho que nos habló para darnos a entender que siempre estuvo cuidándonos. En cuanto me dijo que alguien le había dicho de nuestro viaje no pude evitar pensar en el viento. Ese que me había llevado hasta el otro lado del mundo, y que imaginaba había sido enviado por el Hombre de la Luna, en realidad no había sido así.

El viento que había sentido era diferente, era extraño, y de haber estado un poco menos molesto en ese instante por no tener respuestas sobre mi familia, no habría negado que me di cuenta de lo extraño que el viento se sentía. Sí, me di cuenta que ese no era el viento que yo conocía, pero no quise poner demasiada atención.

De alguna manera se podía decir que me sentía traicionado de que el viento le hubiera hablado a Pitch, a menos claro que también el viento fuera diferente porque estaba ayudando a otra entidad, la que había corrido a decirle a Pitch dónde encontrarme, y con ello también dónde hallar a Prim.

Cuando Pitch le toma por el cabello a Prim, realmente me hace enojar, quiero con todas mis fuerzas que él no vuelva a hacerle daño a nadie, si hubiera una manera preferiría que se quedara para siempre en su oscuridad y nunca volviera a salir. Sin embargo estoy seguro que no sucederá tal cosa a menos que alguien lo envíe a ese lugar, y desde luego esa persona que lo enviaría no es Prim.

Al tiempo que pienso esto, me apuro a ayudar a Prim, veo que puedo congelar a Pitch, pero por alguna razón desconocida esto molesta a Prim, aunque debería, creo yo, agradecer que la he salvado, bueno, realmente eso es lo de menos, ella se enoja. Luego cuando Pitch nos vuelve a amenazar, Prim parece nerviosa. Ella sabe algo que no me ha dicho todavía.

Prim dice algo acerca del tiempo–espacio, que no logro entender qué significa, además es demasiado tarde para pensar en eso porque si no detengo a Pitch, nos va a dar con esa fuerza que ha reunido. Cuando nuestros poderes chocan, el túnel se cimbra como un terremoto. Los tres salimos volando dentro de ese túnel.

Veo a Prim que va completamente desmayada hacia una especie de ventana, ella no se da cuenta de nada, veo a Pitch que está más abajo, estoy seguro que esa ventana no es la puerta que deberíamos tomar para volver a nuestro presente, pero si no hago algo rápido, sucederá algo malo con Prim. Puedo sentirlo.

Me apresuro a llegar a ella, le tomo por la muñeca y luego la sostengo en brazos. La ventana se convierte en una puerta, hay muchos árboles, es el mismo bosque quizás, con un poco de suerte sea nuestro tiempo. Pero que tonto, eso no es posible. Ese tiempo no es el nuestro, pero veo a Pitch que se acerca a nosotros. Bien. Me dejo llevar como jalado por la puerta con Prim en brazos y cruzamos el túnel del tiempo.

Terminamos en el suelo –¿por qué siempre terminamos así? No lo sé– y por suerte Prim sigue dormida, de otro modo creo que se hubiera molestado mucho al saber que... bueno, cae de cabeza, creo que eso molestaría a cualquiera. Me doy cuenta que el portal del tiempo sigue abierto, así que miro en dirección del suelo, el reloj de cristal sigue ahí, y Pitch sigue intentando alcanzarnos, puedo verlo a través de la puerta.

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