Hielo y Fuego [Juliantina]

Prólogo

19 de Sept.

Me encontraba sentada al lado de Eva, jugando con el bolígrafo entre mis labios, aburrida, perdida, mientras la gente se sentaba en las sillas esperando al profesor para que comenzara la presentación del segundo año de Bellas Artes.

Ese año estaba ilusionada, porque por fin me había mudado del piso de mis padres para irme a vivir con Eva y con Renata y aún estando con el mundo a mis pies, me encontraba de muy mal humor. No por nada en particular, simplemente era mi carácter matutino. 

La presentación del curso fue lo más amena que pudo ser, ya que estábamos en pleno final de verano, con las partículas pegándose a nuestra sudorosa piel y las respiraciones aburridas de más de treinta adolescentes pensando en el pedo que se iban a pegar esa noche y con quién iban a enrollarse hasta saciarse. El profesor nos explicaba cómo serían las materias, qué material nos tendríamos que comprar y cómo estarían organizadas las aulas. Eva se miraba el cabello, Lucho me acariciaba el torso de mi mano y Naye se recogía el pelo en una coleta. Y yo, yo solo pensaba en que tenía unas tremendas ganas de dormir.

—Eh, princesa.—Me susurró Lucho.—¿Estás nerviosa por conocer a mi prima?

Yo simplemente le respondí encogiéndome de hombros y le sonreí con una especie de burla, mientras jugaba con el bolígrafo.

—¡Ya ves! Me tiemblan las piernas...le pediré un autógrafo si tengo tiempo.

Lucho alzó las cejas y rodó los ojos, aguantándose la risa.

—Tú, que es mi familia. Yo estaría cagado de miedo.

—Es tu prima segunda, cariño... Pero, bueno, si te da ilusión que te diga que estoy nerviosa...

Él recorrió con la mirada el aula, mientras el profesor seguía balbuceando palabras que no llegaban a mis oídos como tampoco lo hacía el Power Point que mostraba. Hasta, que después de unos segundos, me golpeó con suavidad el hombro, dirigiendo la mirada a una chica pelinegra.

—Eh! ahí mi prima segunda Juliana Valdés.

—Es guapa.—Comenté, pensativa, mientras mi mirada recorría a esa chica.

Llevaba el cabello suelto, ondeaba de forma natural, ligero. Vaya, parecía demasiado suave, la muñeca de la mano derecha llena de pulseras, playera gris y una falda corta negra. Sí, definitivamente era guapa. La típica chica que desprende un aura especial, artística, de esas que te hablan de las estrellas mientras piensan en cómo dibujarte un cuadro. Se encontraba apuntando algo en una libreta, escribía rápido, parecía hasta nerviosa.

—Porque ha sacado los genes de la familia.—Bromeó Lucho.

Cuando la presentación del curso acabó, Juliana Valdés se levantó con prisa, con un bolso negro colgando de su hombro igual que le colgaba la arrogancia a la hora de caminar. Lucho, casi apresurado, fue corriendo detrás de ella y se quedaron hablando unos segundos. No fue hasta después de un tiempo que nos llamó a Eva, Renata y a mi para que fuéramos a saludarla, pero el profesor me habló en ese instante

—¿Si?—Pregunté.—¿Qué he hecho?

—De momento nada.—Afirmó, un poco en broma, un poco en serio.—Pero no pretendas que no te vaya a tener en el punto de mira.

—Ah.—Murmuré, intentando no sonar nerviosa.—¿Y eso cómo?

—No pretendo, ni quiero, que te vuelva a suceder lo del año pasado. Las reprobaste todas y fuiste a recuperación de todas.

—No, de todas no.

Me salió un poco arrogante, un poco rastrero, como si no quisiera admitir que mi año pasado fue un desastre. El profesor simplemente bufó con desgana.

—Bien, en Historia del Arte sacaste un diez...pero este año no hay esa materia. Así que, ponte las pilas, ¿quieres?

—Quiero.—Dije muy en serio. Podría haberle añadido que lo que me causó tantos problemas el año pasado había medio desaparecido de mi vida, pero preferí callarme y demostrarle.

Cuando me giré para volver a donde estaban mis amigos solo llegué a ver como Juliana daba media vuelta y se iba, pasó por delante de mis narices sin decirme absolutamente nada, incluso como si le molestara mi presencia, me miró a los ojos y continuó caminado con prepotencia. ¿Pero a esta chica qué le pasa? me dije para mi misma.