19 de Septiembre
-¿Y llevas mucho tiempo trabajando aquí?-Me preguntó Abril con el pelo castaño cayendo como una cascada por sus hombros.
Yo le puse una copa de lo que me había pedido y apoyé mi codo a la barra que nos separaba.
-Lo suficiente para saber que nunca te había visto por aquí. -Respondí.
Abril alzó las cejas:
-Mi amiga...-Dijo señalando hacía atrás.-Me ha arrastrado aquí.
-Tu amiga parece muy ocupada con mi amigo.-Apunté, con una sonrisa, y mirando a la amiga de Abril que estaba susurrándole cosas al oído a mi compañero de trabajo.
-¿Por qué te piensas que no me ha obligado a venir hasta aquí?-Recalcó ella encogiéndose de hombros y bebiendo un largo sorbo.
Me gustaba. Tenía algo que me gustaba. No sabía si quería meterme dentro de su falda o sentarme a tomar un café con ella. Llevaba media hora hablando conmigo mientras yo ignoraba a la gente que pasaba por mi lado, ganándome una buena bronca de mi jefa, pero no podía evitarlo. Tenía un pinta-labios igual de provocador que su clavícula y un maquillaje leve que adornaba sus ojos. A pesar de que desprendía una aura de ser una hetero básica niña de papá que tenía mucho dinero, no había dejado de tontear conmigo. Se acomodaba el cabello, atrapaba sus dientes en el labio inferior y sonrisa espléndida era lo que recibía al final.
-Tendrás que agradecerle, pues.
-¿Por?-Se notaba un poco perdida.
-Hombre, gracias a ella me has conocido.-Afirmé alzando la barbilla y estallando en una risa automática por la tontería que había dicho.
-Ya veo, así que eres de esas.-Murmuró mirándome fijamente.
-No. Te equivocas.-Admití con sinceridad.-Era una broma.
-Claro, claro.
Hablamos durante unos minutos más hasta que vinieron avisarme que había más gente que atender.
-No te escapes. -Le pedí mientras me separaba de ella para servirle una copa a dos chicos.
Abril me hizo caso.
Estuvo hablando y bebiendo con otras personas mientras yo trabajaba, de vez en cuando se acercaba a la barra y pedía otro cerveza.
Bien! ahí estaba mi oportunidad de demostrarme que podía seguir con mi vida, sin que nadie saliera lastimado en el intento.
-Vente a casa conmigo, ¿no? -Le susurré en el oído cuando ya había acabado mi turno.
-Descarada.
-Prefiero el término directa.
-¿Quién me dice que no eres una asesina?
-Vaya tontería.-Bufé girando los ojos. - Vamos, anda.
Cuando llegamos a mi casa fue ella la que se lanzó encima de mí.
-Llevaba toda la noche queriendo hacer esto.-Admitió con las mejillas sonrojadas.
Era muy opuesto a lo que había experimentado. Ahora me gustaba un poco menos, pero tampoco me molestaba, simplemente me había acostumbrado a la brutalidad. No estaba acostumbrada a que me cuidaran y me trataran con tanta delicadeza, se me hacía extraño.
Sentía que la estaba engañando y que estaba siendo egoísta. Casi un mes después de que mi corazón quedara aplastado en aquel callejón, seguía sintiendo la necesidad de obligarme mentalmente a sanarme de las heridas y las tentaciones tóxicas que me urgían de lo más profundo de mi necesidad... Juliana, ¿qué me has hecho? Aún siendo la claridad me hundes en la oscuridad eterna.
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Hielo y Fuego [Juliantina]
FanfictionEra muy callada, creo que no hay mejor manera de describirla. Sin embargo, no de esas personas calladas que son tímidas, no. Era callada porque invertía todo el tiempo necesario en observar su alrededor y analizarlo como si fuera un problema matemát...