declaraciones a medio acabar (parte 2)

6K 453 120
                                    

28 de Junio

- Ey tú, me di cuenta que te desapareciste de la reunión, eh. ¿A dónde te metiste? - Me preguntó Renata mientras alistaba su maleta.

- No me sentía bien.

-  Vamos, no soy tonta. Te fuiste con Juliana ¿No es así?

- Si crees saberlo ¿para qué preguntas entonces?

- Uy perdóname. 

Me estaba comportando como una verdadera imbécil, pero simplemente no estaba de humor para nada.

-  Sí, me fui con Juliana, pero no es lo que te estás imaginando. Me pidió que fuéramos a un sitio para hablar.

-  ¿Y? - Siguió Renata, mientras de fondo sonaba la canción de Taken de One Direction, y a mi me parecía que no podía ser todo más irónico.

- Nada

- Vaya, ya entendí, no quieres hablar sobre el tema. Pero neta, Val, gruñón se queda corto a tu lado, estas insoportable.

- Vamos Renata, que no quiero estar peleada contigo justo ahora que me dejas sola. 

- ¿Sola? pero si tendrás todo el departamento para ti y Esme. Aprovéchalo tonta.

- Sí, claro. Venga, te acompaño a la terminal que ya llegó tu taxi.

Something in the way, Jorja Smith comenzó a reproducirse mientras yo daba vueltas en la sala del departamento.

Subí el volumen porque podía permitírmelo, porque estaba sola y porque necesitaba con todas las fuerzas que la música y la melodía, callara todas los voces que gritaban en mi cabeza.

Me había despedido de Renata que ya se había ido a su pueblo, dejándome con la casa sola y sin saber con quién la iba a rellenar. 

Palomitas con mantequilla, seguramente. Chips fuego con chamoy era otra opción.

Justo cuando más la necesitaba aquí, se iba. El universo definitivamente conspiraba en mi contra.

Fruncí el ceño y tire un cojín al suelo, mientras con mi manos me tapaba la cara. Me sentía presa, desesperada y frustrada.

Miré la hora y no daban más de las ocho de la noche.

Me tumbé boca arriba y miré el techo, pasando las manos por toda mi cara sabiendo que el rímel que me había puesto ya se había ido al largo de las horas. Esa sensación de inquietud y frustración estaba regresando a mi después de poco más de un año de no sentir algo así.

Juliana. La estúpida de Juliana Valdés llegaba y volvía a ponerme el mundo al revés, se me declaraba en un maldito banco desgastado en un barrio perdido de la Ciudad de México y yo me perdía en sus palabras cargadas de verdad.

¿Qué se había desenamorado de Guillermo por mí? ¿Pero qué inventa? ¿Por qué diablos me dice estas tonterías justo cuando estoy en el momento más decisivo de mi vida? Justo cuando estoy terminando mi carrera, cuando mi vida no es un caos y comienza a estabilizarse, cuando tengo planeado un viaje con la chica que ha estado ahí para mi. Cuando estoy con Esmeralda.

Si eso me lo hubiera dicho hace casi dos años todo sería tan diferente. Las palabras que escuché en aquel banco era lo que tanto había añorado, había soñado con que Juliana se enamorara de mi. Había, literalmente, llorado por nunca haber escuchado esas palabras, porque nunca había sido mi novia.

¿Juliana realmente sentía algo por mi? o simplemente me decía todas estas cosas porque estaba encaprichada al saber que yo estaba con alguien más y ya no podía tenerme.

Hielo y Fuego  [Juliantina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora