20 de Agosto
Juliana
—Ve.
—No.
—Que vayas. —Insistí más bruscamente y empujándola.
—¡Juliana!—Chilló molesta.
— Diablos, Valentina.
—¿Qué?—Tenía el ceño fruncido y la guitarra en la mano derecha, con la funda a medio abrir.
—Que te pongas a tocar la guitarra.
Su tez pasó del blanco a estar completamente roja y se mordió el labio.
—Me da vergüenza.
Alcé los brazos, derrotada.
—¿Cómo te puede dar vergüenza?
—Hace mucho que no toco delante de gente.—Su mirada recorrió el barrio donde nos habíamos parado en Madrid.— Además, seguro que nadie me va a hacer caso.
Entrecerré los ojos y cruzándome de brazos, escupí:
—¿Y tú qué sabes?
—La gente es muy así, te escuchan con oídos sordos.
—Me alegro por la gente.—Respondí molesta.—Yo te voy a escuchar, te lo juro.
—Ya sé que tú...
Mi enfado se transformó en una sonrisa tonta cuando me dio un beso en la mejilla.
—Pues venga, a tocar.
—Tampoco tengo nada que tocar.
Le di un golpe brusco en el hombro.
—La canción de anoche.
Sus ojos se iluminaron.
—¿Me estabas escuchando?
Sonreí.
—¿No te he dicho que yo siempre te escucho?
¿Quién sabrá si tú serás, si tu serás?
Comenzó a cantar y yo sentí lástima por aquellos que no estaban bajo el Sol, escuchando la voz de un ángel caído.
La flor más bonita
De este enero, frío enero
Toma abril de mi cajón
Dibuja cada sol de mayo en mi cadera
Hasta que llegue al fin la primavera
La primera vez que vi a Valentina, mientras se levantaba con una expresión cansada de la silla, para ir hablar con el profesor, pensé que era alguien demasiado prepotente y sobrada como para poder relacionarme con ella. Y es que eso aparentaba Valentina, que la vida le daba igual. La hija de mamá y papá jugando a ser rebelde, jugando a ser artista. ¿Quién iba a decir que la iba escuchar cantar una canción escrita para mi, años después, con el corazón desbocado?
No podíamos ir más allá de un saludo y dos frases, a través de rápidas miradas parecíamos decirnos lo indiferentes que éramos la una para la otra. Lo poco que ella me soportaba.
Quédate, mánchame de ti
Manchame de ti
Ella abrió los ojos en ese instante, dándose cuenta de que tenía a un grupo de tres chicas mirando cómo cantaba. Yo me alejé del lugar, para darle más intimidad. Era su momento.
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Hielo y Fuego [Juliantina]
FanficEra muy callada, creo que no hay mejor manera de describirla. Sin embargo, no de esas personas calladas que son tímidas, no. Era callada porque invertía todo el tiempo necesario en observar su alrededor y analizarlo como si fuera un problema matemát...