CAPÍTULO 8

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|Capítulo 8 | Sigue Siendo Él

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No puede ser, ahora de verdad siento que estoy en peligro. Tengo el instinto de alejarme lo más posible de todos los que me rodean en este momento. Se siente como un verdadero y, muy peligroso, secuestro.

Pero, no lo es. Ya no.

Acepté volver a la casa. Ingresé por mi misma, con mis propios pies. La duda se había apoderado de mí, motivándome a aceptar quedarme una noche más.

Axel caminaba muy cerca, casi invadiendo mi espacio personal. Me sentí intranquila, muy intranquila. Podía saber que olvidaba algo esencial y, que Axel estuviera tan cerca, no me ayudaba nada.

—Déjame cargarte, no me gusta que camines descalza. —dijo. No le hice caso y seguí caminando, esquivando a los hombres que decoraban el interior de la casa. —Estás herida. —continuó —No eres alguien que debe tocar el repugnante piso sin calzado.

No puede ser... ¡No puede ser!

¡Ya lo sé!

No he tomado mi medicamento desde hace más de veinticuatro horas. Por eso ayer en la noche escuché a Yeray; por eso..., ahora mismo tengo el vivo recuerdo de una porción del miedo que sentí la madrugada en que vi aterrizar el cuerpo de mi mejor amigo, sobre su auto, cubierto de sangre y destrozado.

Estoy sintiendo, y, es malo.

Sentir es un peligro para mi vida; literalmente me conduce a la muerte, tal y como pasó ayer en la ventana... 

(...)

Lo interrumpió en la misma situación, ¡por segunda vez!.

Isla chilló, cubriendo su desnudez con la ayuda de los brazos de Austin.

—Perdón —se disculpó, pero no se fue.

Austin supo que la impertinencia de Axel sólo significaba una cosa, una que tenía nombre y apellido.

—Austin —movió la cabeza y los ojos hacia afuera, para que saliera detrás de él.

— Ahora no, Axel. —le respondió entre dientes, antes de que saliera.

—¿Es el día de decir <<Ahora no, Axel>>? —preguntó enfadado, saliendo y dando un portazo.

Suspiró resignado y se alejó de Isla.

Ya había perdido el deseo del momento, gracias a Axel.

—¿Me vas a dejar otra vez? —preguntó Isla, con un hilo de voz.

Austin la miró, distinguiendo la completa decepción en todo su pequeño y, hermosamente simétrico, rostro. Se sintió incomodo por ella, porque sería la segunda vez en dejarla. No le gustaba cometer el mismo error dos veces, jamás lo había hecho. Y aunque claramente eso no era algo significativo, simplemente carnal; ya había llegado a concluir que se trataba de un error dejar a Isla.

Lo analizó unos segundos más, aceptando hacer lo correcto. También le influyo de sobremanera el querer elegir seguir con Isla antes de hacer otro favor que incluyera a Acri Reinhardt, la que lo había abofeteado.

Era simple, no quería tener cerca a Acri. En serio no le agradaba la hermana menor de su mejor amigo, y es que, tenía la facilidad de sólo relacionarse con personas que puede controlar y descifrar; personas fáciles que de alguna manera u otra, lo respetan.

Personas que no lo abofetean.

Había quedado claro en sólo días, que Acri Reinhardt ya no era una de esas personas. Fue muy fácil reconocer que la niña de hace seis años que conoció en New York, cambió. Tan fácil que, le sorprendió que Axel y los gemelos todavía no lo vieran del todo. Ella ya dejó de poder ser controlada; se convirtió en una joven de ojos completamente indescifrables, además de volverse una gran problemática y de haberlo abofeteado.

Sumándole la importante información que supo de ella, la que nunca pidió y la que evidentemente jamás quiso saber. La convirtió en una carga con riesgo a complicarse sin retorno.

Él evita lo complicado; y, las bofetadas.

—No, me quedaré. —la miró con suavidad y volvió a acercarse a ella.

CAPÍTULO COMPLETO EN LA APLICACIÓN: DREAME

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