|Capítulo 1| Hermano
•°•
Pasó muy rápido. Solo bastó una sola noche para arruinar toda mi vida. Así de frágil resultó ser la mente humana. Sin importar cada privilegiado conocimiento que poseía o el apellido que tenía, fuí atacada de manera indiscriminada.
Saber tres idiomas, tocar el violin con excelencia, obtener el mejor promedio del más privilegiado instituto escolar, ser una de las mejores deportistas y pertenecer a clubes altamente destacados. Ninguno de mis mayores logros fue rival para la desgracia que vi. Nada impidió que esa escena afectara mi cordura sin piedad. La oscuridad nubló todo lo que obtuve y se adueñó de mi alma, del espíritu que una vez tuve.
No importa que tan fuerte se crea que seas, al final una persona como yo es capaz de caer más rápido que cualquier otro humano ordinario. He perdido la cuenta de las veces que he deseado volver en el tiempo. También he perdido la cuenta de las veces que he deseado morir.
Recuerdo que hasta hace más de un año, mi mayor deseo era terminar el instituto e ir corriendo a Dravrah. Toda esa prisa por una sola persona: Axel. Llegó a ser tanto mi anhelo, que acepté las palabras de mi madre: «Dejarás todo en New York».
No lo pensé dos veces y acepté.
Los siguientes dos años, después de su partida, no hice más que llamarlo cada hora del día. Le enviaba cientos de mensajes; inclusive hice videos, lo bastante estúpidos para hacerlo reír. Los primeros tres meses contestó, lo hacía con ánimo y se podía notar su interés en las llamadas. Parecía que todo seguiría así de bien, hasta que un día no respondió. Poco a poco dejé de interesarle. Dejé de obtener respuestas constantes hasta que, finalmente, nada de nada.
Lo extrañaba mucho y aunque sabía que no contestaría, seguí insistiendo cada día, sin falta. Axel no respondía, ni siquiera para pedirme que lo dejase en paz, por lo que yo nunca imaginé que eso era lo único que él quería de mí. ¿Cómo podría saberlo?
En mis dieciséis y diecisiete años, no aceptaba que en realidad me ignoraba al propósito. ¿Era posible dudar del amor que me dio desde que nací?. Mi corazón se rehusaba a aceptar su abandono, su cruel indiferencia.
Comencé a enviarle cartas por correo. Las escribí por largas horas, contándole hasta el más mínimo detalle de mis días. Lo hice por más de medio año, una carta cada semana. Me esforcé, de verdad que me esforcé en no resentirle cuando tampoco recibí respuesta. Jamás contestó una sola carta.
Ni siquiera la última que envié.
Pude haberle seguido rogando, en serio pude seguir haciéndolo de no ser por aquella horrorosa noche en la que le aseguró a mi madre que vendría y después de horas nunca llegó. La noche que por enojo y tristeza acepté seguir a Yeray a esa fiesta. La noche en la que mi vida se hizo mierda.
Lo dejé. Dejé en paz a Axel.
Acepté la evidente, pero nunca dicha suplica de olvidarlo. Ya no tenía sentido alguno el creer que todo volvería a ser como antes. Incluso si Axel hubiese regresado, todo habría seguido perdido.
En el último año no volví a interesarme en Axel. No lo extrañé más. Dejó de afectarme el que Ally pronunciara su nombre cada hora de todos los días o que hablara de él frente a mí. Fue tanto mi desinterés, que también se convirtió en una sorpresa para mí el día que Faby lo notó y me lo comentó.
Me esforcé en disfrutar del resto de mi último año de instituto. Necesitaba divertirme para por lo menos saber fingir estar bien. Volví a planear mi futuro y esta vez Axel no estaba incluido en ningún espacio de mi vida. Ya había hecho lo suficiente por recuperarlo, ahora no había manera de sentirme culpable por ya no querer volver a verlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/183158192-288-k758102.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Generación Élite ✓
FantasiNacida para heredar la fortuna y logros de su madre, la vida de Acri Reinhardt debía ser perfecta. La ausencia de sus padres, el abandono de su hermano mayor; nada fue ni remotamente comparable con el daño que su estabilidad mental sufrió tras prese...