CAPÍTULO 14

1.3K 103 14
                                    

Capítulo 14| Me Voy

•°•

Apenas llegué a la habitación, me dispuse a ser rápida. Miré todo el montón de maletas que ocupaban gran parte del espacio, nunca me habían parecido demasiadas hasta ahora; no me llevaría todo, aun si lo quisiera, no podría.

Decidí tomar la misma maleta con la que llegué a Dravrah. Era pequeña y debía hacerla ligera. De inmediato busqué todo lo que consideraba más valioso y lo guardé. De ropa y calzado, sólo elegí lo que reemplazaría al vestido dorado y los zapatos que tenía puesto.

Sentí un leve temblor en las manos y también me sentí con miedo. Era un aviso de que debía tomar un tranquilizante, pero sabía que no era el momento, no ahora. Necesitaba asegurarme de volver a New York.

Con la respiración un poco agitada, me acerqué a la ventana que daba la vista del gran patio trasero y la piscina. Era evidente que la reunión había acabado, oí la salida de los autos y también varios despidos amistosos.

La fuerte lluvia incremento de gran manera. Al ver los relámpagos y truenos invadir el cielo, pensé en que muy pronto debía estar en ese cielo, rumbo a New York. Tal y como lo supuse, al buscar en el iPad, el último vuelo que sería en una hora fue aplazado hasta dentro de seis horas. Lo que significaba que estaba condenada a esperar hasta mañana.

—Acri, ¿me permites pasar?

Me sobresalté.

Miré la puerta, estaba segura que se trataba de uno de los gemelos o quizás los dos.

¿Qué quieren? —me pregunté, agotada de todos ellos. ¡Agotada de todo!

Me paré y continué organizando la maleta. Los ignoré, creyendo que entenderían el silencio y se largarían lejos de esta habitación. Pero claro, no fue así. No sabía qué tanto más podría soportar después de todo lo sucedido en las últimas 48 horas y lo que aún me faltaba por resistir. Lo único que sabía era que sea lo que sea que suceda, en seis horas estaré rumbo a New York y toda esta mierda de Dravrah se volverá un recuerdo.

Volví a tomar el iPad en mis manos, me senté, respiré, volví a respirar y, dejé pasar al que resulto ser sólo un gemelo. No tenía más opciones, mientras más rápido lo atendía, más rápido estaría en momentánea paz. Todavía tenía las seis horas que debía esperar.

—Di lo que tengas que decir. —dije, concentrándome en revisar el pasaje de avión que había acabado de comprar.

Seis horas era una desventaja, una muy grande. Por supuesto que todos se iban a enterar. Ya imagino que en una hora o menos, mis padres llamaran a Axel para comunicarse conmigo. Sabrán que destruí el celular espía.

No dudo en que le exigirán a Axel que me detenga. Lo que no saben es que estoy más que dispuesta a salir victoriosa, no soportare una orden más de ellos. Tengo los ahorros suficientes para volverme independiente en New York. Claro, no tendré la extravagancia de vivir en una mansión o comprar lo ilimitado y exclusivo; pero, al menos viviré mejor de lo que estoy viviendo aquí.

Es muy posible que pierda mi herencia, incluso podrían volverme ilegitima. Y todavía seguiré creyendo que vivir en una hermandad no es un orgullo. No lo considero digno para mí.

Volveré con mis amigas y Dereck. Ya no tendré que soportar al entrometido de Austin Lindemberg, no me sentiré ansiosa por lo que sea que quiera decirle a Axel y los gemelos. En seis horas estaré lejos de aquí, y, es bastante probable que no vuelva a verlos en mucho tiempo.

El silencio que permaneció me irritó. El gemelo no había hablado, lo que significaba que no se iría con la facilidad que esperaba.

Dejé el iPad, manteniendo la calma.

Generación Élite ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora