CAPÍTULO 18

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|Capítulo 18| Hermanas No De Sangre

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Faby estaba encantada de haber logrado enfurecerlo. Únicamente le quedaba bailar para terminar de evidenciar su victoria. Sabía que lo estaba disfrutando, cualquiera lo podía notar con verle la expresión brillante.

-¡Axel! -La moderada exclamación embelesada acompañada por el sonido de dos tenues pasos, irrumpió la victoriosa sonrisa que me encontraba mirando en Faby.

Axel movió la cabeza con lentitud hacia la derecha, atendiendo el llamado. Sus ojos enfurecidos se desviaron de los ojos de Faby, y, cambiando por completo su semblante amenazante, sonrió con honestidad suavizando su mirada.

Suspiré con disimulo, apretando los dientes. Sabía que Ally ya había abandonado nuestro objetivo.

Con sólo una mirada noté la doble intención de Axel. Él seguramente ya sabía cómo aprovechar la presencia de Ally; su sonrisa honesta se tornó a una codiciosa en segundos. Vi sus ojos celestes brillar de la manera más interesada posible.

-¡Ally! -exclamó, exagerando una felicidad efusiva. Pero la sorpresa no fue su "felicidad", la verdadera sorpresa fue verlo abrir los brazos y atraerla a su cuerpo, no hubo duda en su acción al rodearla y cubrirla en un abrazo.

Contuve el aire ante la escena.

El recuerdo de cada vez que Ally corría a abrazarlo y él rechazándola en todas esas ocasiones, se repitieron en mi memoria. Año tras año despreciándola; despreciando sus genuinos e inocentes abrazos. Y, ahora, repentinamente siendo él el primero en abrazarla de la manera más afectiva existente. Después de tres años de no verla...

¡La utiliza a su conveniencia!

Ver la conmoción repleta de ilusión en sus ojos me estrujó el corazón. La manera en que aferraba su mentón en el hombro de Axel y verle rodearle sus brazos en su cintura, recibiendo el abrazó con todo su corazón; me provocó un sentimiento de culpabilidad inexplicable.

Faby actuó al instante, sin interesarle nada tomó a Axel del hombro y le obligó a voltear, forzándolo a alejarse de Ally. Ni corta ni perezosa, levantó la mano derecha tomando una considerable distancia y la regresó muy rápido y con fuerza hacia el rostro de Axel, dejando permanecer el silbido del aire y el eco de la semejante bofetada que ejerció con esmero.

Oí los suspiros ahogados por todo el salón. Por mi parte sólo abrí mucho los ojos, conteniendo el aire.

Rápidamente la mejilla izquierda de Axel se tornó preocupantemente roja, bastó menos de un segundo para que una línea de sangre se hiciera presente en su pómulo. Ally volvió a suspirar con las manos cubriendo su boca, mirando a Axel escandalizada. Vi de nuevo la sonrisa triunfante en el rostro de Faby, en sus ojos estaba escrita la mayor satisfacción del día.

Axel apretaba la mandíbula, marcándola en exceso y provocando que la línea de sangre expulsara una gruesa gota que siguió el caminó hasta el borde de su mandíbula tensa. Mantuvo la cabeza en la posición que le había dejado el recibimiento de la bofetada, no la movió, dejando la vista clavada en el piso.

-¿Por qué das comienzo a la violencia?

Las dos giramos la cabeza hacía la izquierda, encontrando a la persona que preguntó aquello. Estaba mirándonos con la mano derecha sosteniendo un libro y la mano izquierda oculta en el bolsillo de su pantalón.

Miraba en específico a Faby, lo hacía con sus ojos de cazador fosforescentes, manifestándole un rencor recién adquirido. Fue totalmente espeluznante el momento en que cerró el libro y lo devolvió a la pared, sin apartar la mirada en Faby; ¡parecía querer asesinarla!

Su paciencia indignada y semejantes ojos, eran una combinación que no debía existir. Hasta a la más insolente y temeraria como lo es Faby, le provocó tragar saliva.

Estaba totalmente segura que Faby se paralizó al igual que yo cuando, el pacientemente indignado Austin Lindemberg, emprendió camino hacia nosotras, sin parpadear. Sus pasos largos, pero lentos, fueron dados con firme autoridad. No demoró en detenerse frente a Faby, dejando un pequeño viento de aire por su llegada.

Temí por Faby, pero no me atreví a ponerme en su lugar. ¡Ni siquiera cuando yo lo abofeteé a él vi tal expresión!

Ella valientemente forzó una diminuta sonrisa prepotente y cruzó los brazos para ocultar las manos que comenzaron a temblarle. Faby era más alta que yo por tres centímetros, y, sin embargo, frente a la presencia de Austin parecía ser la más pequeña en este salón. ¡Estaba aterrada!

Austin inclinó ligeramente la cabeza a la izquierda y habló:

-¿Soportaras la reacción que provocaste? -preguntó

.CAPÍTULO COMPLETO EN LA APLICACIÓN: DREAME.

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