CAPÍTULO 19

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|Capítulo 19| El Error

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Ally y Jessy me hicieron subir al auto negro de la familia de Faby. Los dos hombres de Jessy vigilaron desde afuera del auto mientras Jessy subía de conductor y Ally se sentaba junto a mí.

—¿Y Faby? ¿Dejaremos a Faby?

Ally sostuvo mis manos con la intención de calmarme, acarició mi rostro y con tranquilidad dijo:

—Saldrá en un momento —aseguró convencida de que sucedería.

—Bien, bien —suspiré más calmada y apreté la mano de Ally entre mis manos.

Pasaron los segundos, nadie salía de la hermandad.

No dejé de morderme los labios, mirando fijamente la puerta de la hermandad. Me puse más nerviosa cuando Ally empezó a mirar la hora en su pequeño reloj hecho de diminutos zafiros azules. Se rascó la cabeza con el índice y estiró el cuello mirando por la ventana en la misma dirección que yo miraba ansiosa.

—Esto no va a funcionar —dije finalmente, terminando con el silencio —. Volvamos por Faby, no debimos dejarla sola...

—Acri, la conocemos muy bien. Sabes que ella es fuerte —afirmó Ally, también tranquilizándose a sí misma.

Asentí, controlando mi respiración.

—Sí, Faby es la más fuerte de las tres. Podrá contra mis primos y Axel... Ellos no la dañarían, no serían capaces...

—Alguien sale —exclamó Ally.

Pero apenas volví a mirar por la ventana, me oculté de inmediato al reconocer a la persona que salía.

—Es Austin —susurré, hundida en el asiento.

—Vaya, sí que es él —dijo inmersa mirándolo sin parpadear, apegándose cada vez más a mí para verlo mejor.

Puse los ojos en blanco y me acomodé nuevamente en el asiento, obligándola a volver a su sitio.

—Es...

—...muy apuesto —terminé de hablar por ella —. No hace falta decirlo en voz alta, Ally.

Sonrió inocente, ruborizándose levemente.

Lo miré seguir caminando sin interesarse en mirar donde yo estaba, porque no tenía duda de que él sabía que me encontraba aquí. Tal vez ya estaba muy cansado para seguir enfrentándome, de hecho, se notaba su agotamiento en su caminar lento y pesado.

El que parecía ser su guardaespaldas personal, apareció de repente empezando a seguirlo a una distancia considerable, igual que su sombra. Y justo por eso, el tema del encierro en la habitación se me hizo una completa farsa. Si un guardaespaldas lo sigue, ¿por qué no lo sacó de la habitación en la que supuestamente quedamos encerrados?

Se atrevió a engañarme —pensé, mirándolo con ira mientras desaparecía de mi campo de visión.

Apreté las manos en puños, recordando sus mentiras tan bien dichas. Al final resultó ser como cualquier otro ordinario ser humano repleto de imperfecciones. Un mentiroso convincente sin principios y vergonzosamente manipulable por el infeliz de Axel. Ahora estoy completamente convencida que Austin es el clásico mejor amigo mascota, el que únicamente sirve para acatar órdenes.

—¿Has pensado en cómo agradecerle?

La pregunta de Ally fue bastante inoportuna.

—¿Agradecerle a ese mentiroso? En lo único que voy a pensar es en no volverlo a ver nunca más en mi vida —hablé convencida de mis palabras —No lo vuelvas a mencionar —la miré —, tampoco vuelvas a mencionar a Axel, al menos por un muy largo tiempo. Hasta que se me olvide toda esta pesadilla de Dravrah.

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