Capitulo 2

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Me era imposible apartar la mirada de él, era simplemente perfecto. Intentaba disimular mi nerviosismo cuando alguien me pillaba mirando detenidamente al profesor sin prestar atención a lo que estaba enseñando.
-¿Tanto te gusta? –bromeó Chaz en voz baja.
-No me gusta –reí.
-Claro, y yo soy Spiderman –dijo sarcástico.
-No seas tonto –reí- no me gusta. Es atractivo, lo acep… 
-Señorita Spark ya que está tan interesada en conversar por qué no nos cuenta algo sobre Thomas Hobbes –me interrumpió el profesor. Nuevamente me sonrojé.
Di un largo suspiro y luego dije casi en un susurro: -Hobbes…
-No, no –rió pero en su voz no había rastro de humor- pase al frente así todos la escuchan fuerte y claro.
Miré a Chaz con odio mientras me dirigía al frente de la clase, miré al profesor Bieber el cual me miraba divertido. 
-Hobbes definía al Estado como “la persona resultante de los actos de una multitud que la instituyó para emplear la fuerza y los medios de todos para asegurar la paz” –dije mirando al suelo ya que mis mejillas ardían de la vergüenza que estaba pasando en ese momento.
-Espero que aprenda a no hablar en mis clases –asentí con la cabeza y me dirigí a mi asiento-. Señorita Spark –volteé a verlo algo avergonzada- la espero a la salida, necesito hablar con usted.
Asentí y me senté en mi asiento intentando ignorar la risa de mis compañeros. El resto del día pasó “normal”, nada fuera de lo común. En el almuerzo me senté con Chaz, Chris, Caitlin, Jacob y Mitchie, tuve prueba sorpresa de Francés y la profesora Squef nos asignó un trabajo para la semana próxima.
El sonido del timbre resonó en mis oídos, estaba nerviosa. Seguramente el profesor Bieber me regañaría por hablar en su clase y seguramente me daría tarea extra o me haría escribir millones de veces “no debo hablar en clases” como ya varias profesoras me habían hecho hacer en lo que llevaba del segundo semestre.
-Tu amado te espera –bromeó Chaz pero sinceramente no estaba de humor como para reír de su infantil broma. 
Caminé por el pasillo del sector 3 que queda frente a la cafetería hasta llegar al salón 210. El profesor Bieber me estaba esperando sentado en su escritorio bebiendo una taza de no sé qué leyendo un libro titulado no sé cómo. 
-Permiso –dije entrando al salón. Él elevó rápidamente su vista y me dedicó una sonrisa de lado.
-Toma asiento por favor.
Asentí y me senté en uno de los primeros asientos justo frente a él. Observé cada uno de sus movimientos hasta que se paró justo frente a mí. Las manos me sudaban y si no fuera porque estaba sentada mis piernas temblarían como gelatina.
-Quiero hablar sobre tu conducta en mi clase…
-Sí, sobre eso –lo interrumpí- lo siento mucho. Mi amigo Chaz estaba molestándome y quería que cerrara el pico pero…
-Shhh –dijo colocando su mano sobre mi boca interrumpiéndome por completo-. No te castigaré pero quiero que prestes más atención. Leí en su expediente que Historia no es su fuerte y quiero ayudarla –sonrió.
-¿En serio? –pregunté asombrada. Él asintió.
-Cuando yo tenía tu edad odiaba historia pero gracias a un profesor comenzó a gustarme tanto que ahora enseño esto. No pretendo que ames Historia pero quiero que apruebes.
-Muchas gracias –dije parándome de mi asiento y dándole un gran abrazo.
-De nada –rió mientras me correspondía el abrazo.
Sentí su respiración en mi cuello y sus manos acariciando lenta y delicadamente mi espalda. Mi cuerpo se estremeció ante sus caricias y me fue imposible no soltar un leve gemido. Me separé de él unos centímetros y lo observé detenidamente. Sus ojos se posaron en mis labios y yo los lamí tratando de provocarlo.

Deseo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora