Capitulo 28

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Al día siguiente fui a casa de Justin a estudiar, su padre Jeremy me recibió con gusto y después de hablar sobre distintos temas él se marcho a su clase de golf.
La casa de Justin era hermosa, muy grande. Cada centímetro era lujosa y completamente limpia, me encantaría vivir en una casa así. 
Mi padre era socio de Jeremy pero no hace mucho tiempo y, dado que su empresa aún no cumplía tres años, era aún muy pequeña.
-¿Quieres algo para comer? –dijo Justin entregándome una hermosa sonrisa mientras abría la heladera.
-Claro –sonreí cerrando mi libro.
Unos segundos después colocó un vaso de jugo de naranja delante de mí y una porción de pizza.
-Tu padre me dijo que te encantaba comer pizza a toda hora –dijo mientras se llevaba una porción a la boca.
-¿Hablaste con mi padre de mí? –solté una leve risita.
Terminamos de tomar nuestra “media tarde” y luego nos dirigimos a su habitación a ver una película. Me senté en su cama la cual, por cierto, era muy cómoda y le dirigí una amplia sonrisa.
-Elije una película yo me cambiaré de ropa.
Le dirigí una mirada que decía de todo menos “soy inocente”. Él soltó una leve risita y se desprendió los botones de su camisa.
-Ven aquí Justin –le guiñé un ojo sabiendo lo que estaba por venir.
Justin se quitó la camisa por completo y luego se acercó a mí. Colocó una de sus manos tras mi cuello y acercó sus labios a los míos entregándome lo que estaba deseando desde que llegué a su casa.
Poco a poco me fui deslizando en la cama hasta llegar a donde estaban las almohadas con Justin besando y devorando mis labios.
Acaricié su pecho desnudo el cual era suave y tibio. Mordí mi labio mientras lo miraba fijamente a los ojos.
-¿Cerraste la puerta? –dije entre besos.
-No –contestó rápidamente para juntar nuevamente nuestros labios.
-¿Y si alguien nos ve? –me separé escasos centímetros de él-
-No haremos nada malo. 
Sus manos vagaron por mi espalda y miles de escalofríos recorrieron todo mi cuerpo. Sus labios acariciaban los míos demostrándome su cariño y deseo hacia mí.
-Te quiero Justin –susurré contra sus labios.
-Shh… no digas nada –dijo sonriendo y luego pasó su lengua por mis labios.
Cerré mis labios en torno a los suyos e hice un nudo con mis brazos tras su cuello. No quería separarme de él ni en ese momento ni nunca.

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