Capitulo 17

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Desperté a duras penas por el sonido del maldito despertador, lo apagué de mala gana y me puse de pie. Caminé hacia mi armario y tomé algo de ropa con la cual me vestí lentamente (http://www.polyvore.com/sin_título_182/set?id=46798764). Camine hacia el cuarto de baño donde lavé mis dientes y rostro y me maquille un poco, no me gustaba exagerar con el maquillaje.

Tomé una campera de mi armario y mi bolso para luego bajar las escaleras rumbo a la cocina.

-Hija, buen día. ¿Dónde te habías metido ayer? –dijo mi padre sirviéndose café.

-¿Ayer? –dije nerviosa-. No lo recuerdo en verdad, salí a dar una vuelta y cuando volví estaba mojada y agotada por lo cual me di una ducha y me acosté a dormir.

-No vuelvas a salir sin avisarme ¿si?

-Claro pa –asentí.

-Hoy me llevaré tu auto, ¿Lo recuerdas?

-Sí, yo llamaré a Chaz no te preocupes.

-¿No te iba a llevar un amigo? –preguntó confundido.

En ese momento todo volvió a mi mente, Justin se había ofrecido a llevarme durante el tiempo en que mi padre tuviera mi automóvil pero no lo iba a permitir. Si quería llevar a cabo mi plan maestro el primer paso era alejarme del rubio.

-Sí, Chaz… -contesté con una sonrisa de lado.

Terminé de desayunar sola ya que mi padre se fue rápido, le había enviado un mensaje a Chaz y estaba esperando impaciente que llegara a buscarme antes que Justin.

Sentí el sonido de una bocina y rápidamente me puse de pie. Caminé con prisa hacia la puerta de entrada tomando mis cosas mientras caminaba.

Abrí la puerta encontrándome con el ojimiel, justo él tenía que ser.

-¿Qué quieres? –dije seca.

-Te prometí llevarte a la escuela, cumplo con mis promesas –dijo en el mismo tono que yo.

-No te preocupes, ya conseguí a alguien que me lleve –contesté sonriendo cuando vi a Chaz estacionando frente a casa en una moto negra como la que él siempre había deseado.

-Perdón por la tardanza –dijo acercándose a mí.

-No te preocupes amor –dije y besé sus labios intentando no reír ante la expresión de Justin.

-¿Vamos? –preguntó Chaz algo sonrosado.

-Vamos –asentí y cerré la puerta.

Caminé hacia la moto y con ayuda de Chaz coloqué el casco en mi cabeza para luego subirme. Mi amigo arrancó dejando a nuestro profesor de historia sorprendido y muerto de celos.

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