Algo dentro de mí me advertía que debía alejarme de ese hombre, correr en busca de ayuda pero mi cuerpo me pedía que lo besara, que hiciera lo posible para que él también me deseara y mostrara su deseo en una cama… o en la oficina de mi padre.
-No me mientas –se acercó más a mí, ese brillo que me inquietaba permanecía intacto en sus ojos y no estaba dispuesto a irse. No por ahora.
-Justin, vamos… nunca te mentiría –dije mirándolo fijamente.
Su cuerpo estaba a centímetros del mío, su colonia me envolvía llenándome de deseo. Dios, este hombre era fabuloso.
-No me gusta que me mientan –soltó un suspiro que logró despeinar algunos mechones de mi cabello.
-No me gusta que se enojen conmigo –elevé mi mirada, la cual segundos antes estaba posada en su fornido pecho, para encontrarme con ese par de ojos color ámbar que me derretían como el sol derrite a la nieve.
-No lo haría si no me mintieras –sentí su mentolado aliento chocar contra mis labios, motivo por el cual una corriente eléctrica me atravesó.
-Nunca te he mentido –sin saber por qué me puse en puntas de pie y elevé mis brazos para cerrarlos en un nudo en su nuca.
-Y te agradecería que no lo hicieras –sentí como su mirada se posaba en mis labios los cual lamí sin saber por qué.
Su mano derecha se posó en mi cintura y eso fue una excusa suficiente para mí como para acercar mis labios a los suyos deteniéndome a tres centímetros de su boca esperando que él tomara la iniciativa.
Y así fue, sus labios se cerraron en torno a los míos sacándome un gran peso de encima. Sus labios tenían un sabor exquisito, un sabor excitante.
Enredé mis dedos en su rubio cabello rogando que no se separara de mis labios. Bajó sus manos hasta mi trasero y lo acarició tiernamente.
Jugueteé con su lengua, la cual se encontraba dentro de mi boca, acariciándola con la mía y enamorándome del sabor de su miembro bucal.
Sus fuertes manos me alzaron para luego sentarme sobre el escritorio de mi padre. Descendí mis manos hasta su pecho donde, con manos torpes, desabroché los primeros botones de su camisa.
-Esto no está bien… -susurró a centímetros de mis labios.
-Esto es perfecto… -lo corregí acariciando su dorado pecho.
Sus labios se posaron en los míos embriagándome con ese sabor tan excitante que poseían. Succioné su labio superior mientras él hacía lo mismo con mi labio inferior. Sus besos bajaron a mi cuello, y un escalofrío me invadió.
Desabroché los botones restantes de su camisa embobándome al ver su perfecto cuerpo.
-¿Crees que subirán? –dijo Justin mirándome fijamente a los ojos, su mirada derramaba lujuria al igual que su ronca voz.
-No lo sé… -admití en un susurro-.
-Esto no está bien, _____ pero no puedo detenerme –admitió con la respiración agitada.
-Hazlo rápido –las palabras salieron de mi boca, sin saber el por qué ni el cómo pero no me arrepentí de haberlas dicho.
Justin sonrió de costado y luego, acortó la distancia de nuestras bocas para unirlas en otro excitante beso lleno de lujuria y pasión.
Sus manos trazaron un recorrido travieso por mi cuerpo, deteniéndose en mis pechos para acariciarlos y luego bajando hacia el borde de mi vestido. Lo subió rápidamente hasta la altura de mi ombligo e inmediatamente acarició mis muslos desnudos hasta encontrarse con el elástico de mis bragas. Bajó mis bragas hasta la altura de mis rodillas sin separarse de mis labios.
Llevé mis manos hacia su cinturón el cual desabroché rápidamente. Jugueteé con el cierre de su pantalón para luego bajar su pantalón y que este callera solo hasta sus tobillos.
Acaricié el miembro que estaba cubierto por la fina tela de sus bóxer. Sentí las manos de Justin acariciar mis muslos por lo cual dejé de acariciar su duro miembro aunque amaba los gemidos que escapan de los labios de mi profesor a medida que me divertía con él.
Mi cuerpo recibió un espasmo de placer acompañado de un fuerte gemido que fue callado por los labios de Justin cuando dos de sus dedos entraron en mi sexo buscando la parte sensible, la cual, encontraron rápidamente.
-Justin… -gemí con la voz nublada de deseo.
-Shhh… -encerró sus labios alrededor de los míos mientras movía sus dedos dentro de mi feminidad.
Sus dedos salieron de mi sexo después de unos minutos, en los cuales, había llegado al clímax. Posé mis manos en la cinturilla de sus bóxer y los bajé lentamente mientras disfrutaba el sabor de sus labios. Acaricié su miembro duro y desnudo y callé los gemidos que escapan de su boca con largos besos llenos de lujuria.
Justin llevó su miembro hacia mi feminidad, el cual adentró lentamente. Sus envestidas eran lentas y suaves pero aumentaron su velocidad cuando lo acompañé moviendo mi cuerpo.
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Deseo Prohibido
Fanfiction______ Spark, una bella adolescente de 16 años con metas por alcanzar y millones de amigos y pretendientes, se ve atrapada en el peor de los líos al enamorarse de su profesor, un hombre atractivo ante los ojos de cualquiera, con cabello lacio y desp...