Hoy es un nuevo día... el día de su cumple... Mierda... No he pensado en qué hacer, qué decirle, qué regalarle... ¿Tan despistado estás Geoffrey? Ni siquiera te habías preocupado nunca por un regalo... ¡Es que de verdad creo que quiero a esa mujer! ¡Jamás había sentido algo tan fuerte por nadie, mucho menos en tan poco tiempo! Y me di cuenta que la quiero junto a mi, quiero conocerla, quiero ver esa sonrisa y su rostro todas las mañanas, y algo mucho mejor, quiero ser yo el motivo de su felicidad. -Esta frecuente disputa entre yo y mi conciencia, la cual, cabe destacar, solo aparece cuando le conviene-. Se supone que hoy cumple 23... se ve mas joven... Podría jurar que es más joven... Mi pequeña... ¿En serio dije eso? “Mi pequeña” Bueno, lo pensé... Se oye tan hermoso... Ella es tan hermosa... Como quisiera tenerla entre mis brazos... su felicidad es la mia, yo sería tan feliz.. Al menos eso creo. La pregunta del siglo es... ¿Qué sentirá ella?. Tengo que ir a su casa, quiero verla otra vez.
Me levanto de la cama y me dirijo al baño, me cepillo los dientes, me miro al espejo, todo alocado, típico de mi cuando me acabo de levantar. Me entro en la ducha y me doy un baño. Al salir, me pongo unos jeans oscuros y un T-shirt a rayas, me peino mi copete hacia arriba y me pongo desodorante y me perfumo.
Salgo de mi casa y me monto en mi auto. Me dirijo a la dirección de la tarjeta. Emely, aquí voy.
(..)
Cuando llego a la dirección, me fijo que es una casa grande, pintada de blanco y con detalles de amarillo. Aparco mi auto frente a la casa y me bajo del auto. De repente, se me acerca una chica como de unos 16 años, de pelo negro, largo, era muy bonita, se parece a Emely. Debe der su hermana. Estaba vestida con unos leggins apretados y azul claro, y una camiseta floja con un corazón atravesado, y unos botínes bajitos. Tenía como ganas de hablar, pero sin fuerza suficiente. La emoción. Podría reconocerla a kilómetros. Es Roycenatica.
Cuando por fin vuelve a sí, me dice:
-¡Geoffrey! De seguro vienes a buscar a mi hermana... -dijo la chica. Hablaba muy dulce. Me inspiró confianza al instante.
Si sabe que busco a Eimy fue que ella le habló de mi. Eso es bueno... creo.
-¡Hola! ¿Eres hermana de Emely? ¿Cuál es tu nombre? -dije sonriendole.
-¡Si! Perdón por no presentarme... ¡La emoción! ¡Soy Roycenatica!... ¡Soy Mary!
-¡Me di cuenta! ¡Reconozco a mis Roycenaticas al instante! Son las mejores e incapaces de pasar desapercibidas. Mary, necesito que me hagas un favor...
-¡Por ti lo que sea, Geoffrey!
-Bien, este es mi plan... -dije, ignorando su comentario anterior. Le conté todo mi plan, desde el inicio hasta el final, note una gran emoción en sus oscuros ojos.
-Me parece muy bien, ahora que le cantaremos cumpleaños es un buen momento. –dijo Mary.
-Perfecto. -dije emocionado, este era mi momento de impresionarla. Ahora o nunca.
Mary y yo nos dirigimos al patio trasero, ahí estaban Emely y otra chica conversando, y en la mesa estaba un pastel con un número 20 arriba. Oh. Sabía que era más joven. Estaba realmente hermosa.
Llevaba un vestido verde que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas. Verde. El color que marca mi debilidad encima de la chica que es mi debilidad. Excelente combinación. Su pelo estaba suelto, era laargo y oscuro, otra cosa que se suma a mis debilidades. Llevaba unnos tacones altos. Estaba riendo. Se veía hermosa. Era hermosa. Es hermosa.
Me coloco detrás de una columna donde puedo observarla perfectamente, pero donde ella no me puede ver.
Sale Mary corriendo.
ESTÁS LEYENDO
Todo Cambió [Prince Royce] [TC 1]
RomanceEmily Morales, la típica joven con ganas de cumplir un sueño: ser una bailarina reconocida en todo el mundo. Ella, sencilla, perseverante, terca, decide perseguir sus ilusiones asistiendo a una audición que le hará cambiar tanto sus ideales como su...