El tiempo seguía pasando, y todo seguía igual. Ya hace unas semanas de que empecé a hablar con Xavi. Siempre almorzamos juntos. Me gusta hablar con él. Es la única persona cuerda aquí que sé que no me lastimará. He seguido su consejo de "Fingir locura para mantener la cordura" y me ha ido mejor. Ya me castigan menos.
Xavi se acercó a mi mesa en la hora de almuerzo, con su plato de comida.
-¡Pss! ¡Emely! -dijo tratando de llamar la atención.
Estaba raro.
-¿Dimee?
-¡Tengo un plan para salir de este infierno! -dijo emocionado.
Salir de aquí. Libertad. Ser libre. No pude ocultar la emoción.
-¿Si? Cuenta… ¡Ya no aguanto pasar un día mas aquí! -dije.
Un enfermero me miró, así que fingí plantar mi marda en el vacío, y por debajo de la mesa la toqué a Javier para que hiciera lo mismo. El enfermero miró a Xavi y luego a mí y dijo:
-Ese par de locos. -con voz despectiva, mientras continuaba su camino.
-Loco tu abuelo -dijo Xavi mientras le mostraba el dedo mayor por debajo de la mesa.
Reí. Lo miré y le planté una mirada para que entendiera que me contara el plan. En este lugar aprendes a comunicarte con tu cuerpo y con miradas. Casi nadie habla, a menos que sea estrictamente necesario.
-Bueno... Este es mi plan... -dijo, mientras me contó todo susurrándome en el oído.
-Perfecto... Esta noche es un buen día, ¿Qué crees? -propuse.
Me miró y sonrió. La respuesta era sí.
Escapábamos esta noche.
(...)
Ya eran las 7:00 pm. Era hora. Ahora o nunca. Esta noche seré libre. Seremos libres. Xavi, mi hijo y yo. Lejos de estas habitaciones, de esta gente desquiciada, sin corazón, lejos de Geoffrey. ¡Podré ver a Mary y a Cristina otra vez! Las extraño tanto... Esto es por ellas, por mi hijo, y por mi.
-Alguien... ¡Alguien ayúdeme por favor! –empecé a gritar mientras fingía un colosal dolor de barriga.
Entró rápidamente un enfermero a mi habitación.
-¿Qué le pasa? -gritó enojado y algo preocupado.
-No se, me siento mal... me duele mucho la barriga. ¡Mi bebé! ¡Por favor! ¡Ayúdeme..! -grité mientras me ponía la mano en la pansa fingiendo el dolor.
-Venga conmigo –dijo el enfermero. Me tomó bruscamente del brazo y me llevó a enfermería, me sentó en la camilla y se giró.
¡Era ahora o nunca!
Tomé una jeringa llena de una sustancia, que había encima de la mesa, a mi derecha, y se la clavé en la espalda al enfermero. Me paré de la camilla y lo observé.
-¡Perra! -fué lo único que pudo decir antes de quedar inconsciente.
-Perra tu abuela. -dije mostrándole el dedo mayor.
Lo que hacen unas semanas de convivencia con Javier. Reí. Javier. Me apresuré a tomar la caja de jeringas y abrí la puerta. Miré a ambos lados antes de salir. No había nadie en el pasillo. Salí y me dirigí al final de éste. Luego a la derecha. En el fondo, estaba Javier. Me acerqué hacia él y le di un abrazo. Habíamos completado la primera etapa.
Xavi se dió cuenta de mi emoción y me miró con cara de "No te emociones aún". Le sonreí. Tomó la mitad de jeringas que habían dentro de la caja y me dijo:
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Todo Cambió [Prince Royce] [TC 1]
RomanceEmily Morales, la típica joven con ganas de cumplir un sueño: ser una bailarina reconocida en todo el mundo. Ella, sencilla, perseverante, terca, decide perseguir sus ilusiones asistiendo a una audición que le hará cambiar tanto sus ideales como su...