Capitulo 6: El embarazo.

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Estábamos en el auto. Estaba en el mismo auto que la mujer de mi vida, y no lo echaré todo a perder, tengo esta oportunidad y no la desperdiciaré. 

-¡¿Quién te crees que eres para sacarme de mi propio cumpleaños así?! –dijo Emely tratando de lucir enfadada,  se que en el fondo se sentía bien por todo lo que yo hacía.

-No te puedo decir quien soy yo, pero sí quien eres tú... ¡Eres la mujer que quiero conmigo! ¡La mujer de mi vida...! ¡Mi pequeña! Con la que quiero pasar el resto de mis días y formar una hermosa familia... ¡¿En qué idioma quieres que te lo diga, mujer?! Y sé que, aunque lo niegues, ¡Sientes lo mismo por mi...!

-¡¡Claro que no!! ¡Imbécil! –dijo Emely muy nerviosa e histérica.

-¿Y por qué tus ojos me dicen lo contrario? -dije mientras giré la cara para mirarla directamente a los ojos. Los ojos son las ventanas del alma. NO MIENTEN. Eimy me quiere. Sus ojos me lo dicen. 

-¡Geoffrey! ¡Estás manejando! ¡Atiende el volante! ¿Quieres que nos matemos? ¡Solo falta que en mi tumba diga 19/09/1994 – 19/09/2014...! Por cierto... ¿Adónde me llevas? Y si todo eso fuese cierto... ¿Qué hay de ti y de Emeraude? -preguntó Eimy.

Mierda. Lo había olvidado por completo. Ni siquiera terminé ayer la discusión como Emeraude, así que no hemos terminado aún. Emely no salió des mi mente desde que la conocí, invadió mis pensamientos por completo.

-Pequeña... te iba a llevar a un lugar muy especial, pero antes, vamos a otro...

-¡Estoy confundida! ¿Adonde vamos?¿ Y esto se llama secuestro sabías? Y se paga con cárcel... -dijo Eimy en un tono acusador.

-No es secuestro si la otra persona está de acuerdo con lo que esta pasando... -dije mirandola y suboendo una ceja.

-¡Claro que no estoy de acuerdo! ¡Estúpido!

-Si tú lo dices... Ya llegamos.

Estacioné el auto y salí rápidamente, para abrierle la puerta a Eimy.

-¿Qué hacemos aquí?

-Esta es la casa de Emeraude... quiero que estes presente cuando rompa con ella.

-¡NO! ¡Esa mujer me odia! ¡Y con razón... Prefiero quedarme aquí! -dijo en un tono de desesperación.

-Bueno... Como quieras pequeña... No me tardo. -dije mientras tomaba su rostro y le daba un tierno beso en la frente.

Entré en casa de Emeraude. La puerta estaba junta. Camine con paso decisivo.

-¡Emeraude! ¡¿Dónde estás?! -grité desde la sala principal.

-Mi amor... que bueno que llegaste... te estaba esperando –dijo con un tono de sensualidad.

-Emer.. lo que te tengo que decir es muy serio... -dije con la intencion de que notara la seriedad en mi voz.

-Mi amor, sé todo lo que pasó, pero estoy dispuesta a olvidarlo, ¡Tengo que decirte algo que cambiara nuestras vidas!

-¡No! ¡No me interesa! ¡Ya no hay un nuestro, un nosotros! ¡Entiendelo! ¡Se acabó! ¡Yo quiero a Emely!

-¡Geoffrey! ¡ESTOY EMBARAZADA! ¡Estoy esperando un hijo tuyo!

Estoy seguro que perdi todo el color en mi piel. ¿Embarazada? ¿Un hijo? ¿De Emeraude? No. Esto no puede ser. Imposible. Esto sí que hechó todo a perder. Emely no me va a perdonar. Nunca lo hará. No es justo. ¿No merezco ser feliz?

-¡Mi amor di algo! ¿No estas feliz? ¡Estás pálido! -dijo Emeraude con su maldita voz chillona.

Pensé muy bien lo que iba a decir, tome fuerza no se desde dónde para decirlo.

-Eso no cambia mi parecer, ¿Téndrás un hijo mio? Perfecto. Eso no indica que me casaré contigo, ¡YA NO TE AMO! Te voy a acompañar a las visitas médicas, y le daré todo mi apoyo a mi hijo, pero ya no hay un nosotros-.. que te quede claro ¿OK? 

No pude soportar y salí corriendo, no sin antes escuchar claramente lo que dijo Emeraude.

-Jajajajaa eso crees tú Geoffrey Rojas... Eso crees tú.

Ahora lo difícil era decírselo a Emely. Nadie sabe como lo tomará. Al salir me encontré algo que no me esperaba.

Emely estaba al lado de la ventana, desmayada.

Había escuchado todo.

Fui corriendo a alcanzarla, me sente en la grama y coloqué mi brazo debajo de su cabeza. 

No reaccionaba.

-¡Pequeña..! ¡Mi vida! ¡Reacciona! -dije gritando.

La cargué y la llevé al auto, la abaniqué con un pedazo de cartón que tenía en el asiento trasero.

Estaba muy nervioso. Todo esto era mi culpa. Qué hermoso regalo de cumpleaños le dí a Emely, un desmayo por una emoción fuerte.

Reaccionó de repente.

-Ehh, ehh ¿Qué pasó? –dijo Eimy desconcertada.

-Cuando salí te encontré desmayada... no sé... Dime tú que pasó... -dijo con mucho nerviosismo.

-Ayy Royce, tuve un sueño horrible.. ¡Soñé que Emeraude esperaba un hijo tuyo!

Me quedé sin palabras. No sabía qué decir. No pude disimular mi nerviosismo.

-No me digas que eso es real, ¡No puede ser! ¡LLÉVAME A MI CASA! ¡AHORA! -dijo gritando. Se sentía realmente mal.

Yo me sentía peor. Verla mal era de por sí malo, pero que estuviera mal por mi culpa era peor, y que no pudiera hacer nada al respecto era una mierda total.

Pensé mucho qué decir.

-Pero mi amor, eso no cambia lo que siento... ¡Lo que sentimos! -dije desesperado.

-¡No te atrevas a volver a llamarme mi amor! ¡Royce! Ese hijo cambia todo. ¡¿No entiendes?! -gritó.

-¡Pero responderé por el! ¡Pero te quiero a ti! ¡No volveré con Emeraude!

-¡Royce! ¡Ese hijo merece crecer en una familia! ¡No le puedo negar ese derecho! ¡Así que me llevas a mi casa y no me vuelvas a buscar!

-¡Eimy! No entiendes que aunque no quieras nada conmigo, no volvere con ella. NO LA AMO. -dije haciendo énfasis en esa última frase.

Pero Eimy se negó a decir una palabra más, se giró y se pasó todo el trayectp a su casa mirando hacia la ventana y llorando.

Yo no no estaba mejor que ella. No la quería perder, había encontrado a la mujer de mi vida y no la iba a perder. 

-Pase lo que pase... siempre seras mi pequeña... que no se te olvide Eimy. 

Fue lo único que pude decir antes de terminar de destrozarme el corazón cuando la vi salir corriendo del auto y entrar a su casa llorando. Por mi culpa. Mira hacia adelante y seguí mi trayecto hasta mi casa.

Todo Cambió [Prince Royce] [TC 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora