CAPÍTULO VI

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Brigette Crey

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—¿Cómo está, Myki? —me preguntó Damian poniendo una mano sobre mi hombro, aún con aspecto nervioso.

—Mejor que anoche... Tenía mucha fiebre cuando la trajiste al campamento, su brazo literalmente quemaba; podías freír un huevo en él. Le puse un líquido especial para bajar la irritación... Espero que siga mejorando —expliqué, acomodándome en la roca donde estaba sentada. Damian asintió y se sentó cerca de la casa de campaña de su hermana.

Observaba el campamento, acompañada del amanecer; Kyle revisaba los radares y la computadora junto con Tobias, quien no había dormido en toda la noche por cuidar a Myki junto con Damian, y Riley caminaba por todo el campamento, se notaba pensativa así que le hice una seña para que se acercara conmigo.

—¿Te sientes bien, Riley? —le pregunté con suavidad.

—Sí, sólo pensaba en lo de anoche... ¿Tú escuchaste una voz? —fruncí el ceño y comencé a recordar todo lo que pasó anoche.

—Ahora que lo mencionas... Sí. Creí que había sido la única en escucharla —volteé hacia la casa de campaña de Myki, ella salía lentamente, aún somnolienta.

—¿Sabes si alguien más la escuchó? —me preguntó mientras nos acercábamos hacia el centro del campamento.

—No, no he tocado el tema con nadie, excepto tú... —llegamos con Myki, quien nos recibió con una débil sonrisa. Le abracé por unos segundos. —Cielos, me dejaste realmente asustada...

—Lo siento, pero supongo que ya estoy mejor —respondió mientras abrazaba a Riley.

—Suponemos igual... Parecía que algo te había intoxicado, porque encontré un sarpullido extraño por todo tu brazo... Aunque sinceramente no sabría decir qué ocasionó todo eso.

—Ouh... De acuerdo, gracias Bri.

—Me alegra que hayas despertado, pequeña —le dijo Damian mientras le abrazaba con tanto entusiasmo que la levantó del suelo por unos segundos.

—Damian cayó rendido luego de su maratón hasta el campamento. No eres pesada, pero tomando en cuenta el ritmo al que venía corriendo... —ella esbozó una pequeña media sonrisa cuando abrazó a Tobias.

—Rix, debido a lo que sucedió ayer, sugiero que revisemos el área de nuevo, será más fácil ya que tenemos la luz del día para aprovecharlo —añadió Yenna mientras Kyle se acercaba con ella hacia nosotros.

—Es una buena idea, yo me apunto —respondió Myki mientras se volvía a colocar el cinturón del traje a la altura de su cintura. —Sugiero que vayamos tres y que los otros se queden aquí por si algo sucediese.

—Myki, no puedes salir en tu estado. No creo que sea adecuado... —comenzó Tobias, pero Myki le interrumpió.

—Estoy mejor, en serio... No lo diría si me sintiera mal —Tobias le miró dudoso, estaba por objetar, pero se limitó a exhalar con pesar.

—Iré con ella, así, si se siente mal, estaré ahí. No te preocupes, Tobes... Vamos a estar bien —dije, agarrando un pequeño botiquín y mis armas.

—Tobes, yo también iré con ellas... Sabes que de todas maneras no duermo mucho... Pero tú sí debes descansar amigo. ¡Mírate! Te ves terrible —agregó Damian convenciendo a Tobias.

—Eso siempre —rio Myki, despidiéndose. Tobes rodó los ojos y nos despidió con la mano.

—Kyle, Yenna, ustedes nos avisarán si algo sucede —comenté con semblante serio.

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