CAPÍTULO XVI

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Mykeila Jakoby 

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—Myki, recuérdame... —me hablaba suavemente una voz idéntica a la mía. —No olvides quién fuiste ni quién querías ser... —poco a poco aquella voz se volvía más sonora. —Mykeila, despierta. —susurró justo a mi oído.

Abrí los ojos mientras me sentaba en la cama, mirando a todos los rincones de la oscura habitación. Gruesas gotas de sudor se resbalaban por mi sien hasta perderse por mi cuello, mi pecho subía y bajaba de lo sobresaltada que estaba. Un intenso dolor de cabeza me sorprendió segundos después, nublándome la vista, tuve que recostarme nuevamente. Pasaron varios largos minutos, esperando a que esa terrible sensación se esfumara, luego me dispuse a prepararme para salir al entrenamiento.

El pasillo estaba desierto y silencioso como de costumbre, pero al salir de mi habitación noté que un vacío me acompañaba, estaba confundida, era como si olvidara algo, aunque no lograba descifrar lo que era.

Poco antes de llegar a la sala de entrenamiento, un destello azulado apareció a mi costado.

—Myki, ¿cómo estás? —preguntó Lou sonriendo tímidamente.

—Bien, sólo... Amanecí un poco desorientada.

—Oh... ¿Desorientada? ¿A qué te refieres? —su tono cambió a uno preocupado. Elevé los hombros efímeramente.

—Siento como si intentara recordar algo que ni siquiera existe... Debo estar muy cansada.

—No lo dudo... Ayer fue un día muy arduo, debe ser por eso... —asentí mientras tecleaba mi número clave en la terminal de la puerta.

Entré con prisa, una pequeña punzada apareció en mi cabeza de nuevo cuando elevé la mirada, topándome con Ares quien estaba acompañado por Yenna; el primero asintió con semblante serio a modo de saludo y Yenna esbozó una sonrisa. Fruncí el ceño y correspondí a ambos saludos con formalidad, disimulando mi extrañeza. Lou y Ferrer no tardaron en aparecer.

Me incorporé a la fila con el resto de Rix. Tobias tenía la misma cara de confusión y enfado, a Damian se le veía serio y afligido. Me llamó la atención que Kyle estaba un poco aislado del equipo, portaba un aspecto gallardo, desvió su mirada con desagrado al verme.

—Todo me parece muy extraño y confuso... —susurré mirando a Tobias de soslayo, él asintió levemente.

—¿Cuándo llegó? —musitó refiriéndose a Ares.

—Rix, ¿todo bien? Están con aspecto desorientado... —se adelantó Ares.

—Disculpe el comportamiento extraño de mi equipo —comenzó Damian. —Después de la reunión salimos a entrenar un poco más, seguro sobrepasaron su límite. —Ares asintió.

—Retomando lo que les decía... Si recuerdan nuestra plática del día de ayer... —inmediatamente la escena a la que se refería me vino a la mente, aunque los detalles estaban borrosos, como si no lo hubiese presenciado realmente... Como si hubiera sido un sueño. —Mykeila Jakoby, ¿si quiera estás escuchándome? —su estrepitosa voz me sacó de mis pensamientos. Asentí con ímpetu mientras pardeaba un par de veces.

—Lo siento, almirante... Me distraje un poco —contesté en tono bajo.

—Continuando con el aviso... Les comento que mientras dure mi estancia aquí, estaré monitoreándolos junto a la doctora, así lo ha estipulado el gobierno de Neus —todos asentimos. —Comandante Damian Jakoby —enfatizó. —asegúrese de que sus soldados estén atentos.

—A las cápsulas, por favor. —indicó Ferrer con seriedad.

—Dam... ¿No sientes como si estuvieras olvidando algo? —le pregunté en susurros.

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