Habían pasado cinco días desde que Myki salió de las instalaciones ocultas de la NSC a las autopistas de la desolada nación de Neus. Estaba realmente desorientada, puesto que la ruta que siguió era completamente desconocida para ella, ni siquiera había señalizaciones que pudieran darle una idea de dónde se ubicaba.
No fue hasta el atardecer del primer día que encontró una pequeña estación de autoservicio donde logró conseguir un mapa, tomó algunas latas y botellas como suministros, las colocó en un compartimento de la motocicleta y continuó su camino por una nueva ruta, parando en gasolineras para llenar el tanque.
Cuatro días después llegaba a Niels, donde todo lo malo había comenzado. Se detuvo a descansar en la misma colina donde se habían instalado la primera vez, en esta ocasión la ciudad no era custodiada por androides, y todos los edificios que aún estaban en pie, eran escombros ahora.
El clima cambió drásticamente en cuestión de minutos, un diluvio le obligó a la joven Jakoby a subir a la motocicleta y conducir al laboratorio subterráneo del templo de Hildur, conforme se acercaba ella podía jurar que el suelo temblaba. Era como si todo le advirtiera de la terrible decisión que tomaba, pero nada le haría cambiar de decisión; de todos modos, ya había llegado a la puerta del templo. Dejó la motocicleta tumbada en la entrada, el casco lo arrojó al suelo y sacó la escopeta del maletero.
Entró y se apresuró para llegar al metro, lo encendió con pocos comandos en el panel de control, elevó la velocidad a dos niveles antes del máximo y se sentó en el asiento del piloto. Sus manos no dejaban de temblar y sudar, sus piernas también exteriorizaban su ansiedad, detestaba no entenderse, no saber el origen de sus reacciones... Pero era demasiado tarde para analizarse, tuvo que cubrirse detrás del asiento del piloto pues comenzaron a dispararle.
—¡Hola, linda! —exclamaron con sarcasmo. —Creíamos que jamás llegarías, han pasado tantos días que comenzábamos a aburrirnos. —ella respiraba profundamente, intentando calmar su ritmo cardiaco. —¿Qué te parece si te asomas lentamente y con las manos en alto? Tenemos que conversar algunas condiciones para que tu visita sea la más satisfactoria posible... —Myki recargó la escopeta y con agilidad se asomó, apuntando con firmeza a la rodilla de Kyle Yago, disparando sin dudar. El muchacho bramó una maldición mientras caía al suelo.
—¿Por qué reaccionas así, cielo? Creí que te alegraba verme —comentó ella mientras se acercaba con rapidez hasta él, tomándole del cabello, obligándole a verle a los ojos. Notó que Yago planeaba tomar su arma de nuevo, por lo que la pateó lejos de su alcance, fue cuando se dio cuenta que, en vez de sangre, lo que emanaba de su cuerpo era un aceite azul metálico.
—¿Impresionante, no crees? Jamás lo notaron porque para ustedes yo sólo era un espectador invisible. —ella frunció el ceño. —Soy una IA dentro de un androide, una copia exacta del cerebro de Ares, aunque cuento con voluntad propia. Yo estaba infiltrado en el equipo, observando de cerca a nuestros experimentos estrellas... —ella ladeó el rostro, soltando un bufido.
—Muy inteligente, debo reconocerlo. —le jaló del cabello tan fuerte que el muchacho tuvo que ponerse de pie al instante. —Ahora, si no quieres que le vuele el chip a tu clon, llévame hasta donde estás. —le exigió con furia al oído mientras le arrastraba hasta la puerta, la cual se abrió apenas se paró frente a esta.
—¿Qué se siente poseer el control de una persona? ¿Eh, Myki? —ella apretó la mandíbula, limitándose a ignorarle. Se apresuró a llegar hasta la segunda puerta, su ansiedad se transformaba en furia lentamente. —Admítelo. Te encanta sentirte poderosa cual reina. Después de todo, te hice una perfecta narcisista.
—No soy como tú... —espetó en tono bajo.
—Concuerdo... Eres la mejor versión que en la vida pude haber creado de mí.
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La Nación: 22 5 18 4 5 · 13 15 18 1 4 15 · 1 26 21 12
Science-Fiction* Primera Parte * Cuando un ser humano muere, su existencia terrenal finaliza, evidentemente. No obstante, aquel deceso puede significar el inicio de otra cosa como por ejemplo: una vida nueva, una causa por la cual luchar, una investigación para pr...