CAPÍTULO X

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Tobias Ward 

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La alarma no dejaba de sonar, lentamente su sonido se volvía cada vez más fuerte y cercano, tuvimos que taparnos los oídos cuando se volvió insoportable, hasta que luego de un segundo, el sonido desapareció de golpe junto con las luces. El lugar retumbó cuando la puerta detrás de nosotros se cerró de golpe.

—Oh, Damian... Mi querido Damian, llegó la hora, cariño... —una voz femenina resonó en el cuarto.

—¿Qué fue eso? —susurró Myki mientras buscaba mi brazo, su mano estaba fría. Las luces se volvieron a encender.

—¡AH! ¡NO! —gritó y lloriqueó Damian, volteamos asustado a él. El dolor se hacía presente en su voz, cayó sobre sus rodillas mientras aferraba sus manos a su cabeza, pasaban los segundos, cada vez más apretaba los ojos y la mandíbula mientras se retorcía con brusquedad.

—¡Damian! —Myki comenzó a correr hacia él, aunque me puse frente a ella evitando que continuara.

—Espera, Myki... —rogué.

—¿Qué demonios haces, Tobias? Damian necesita nuestra ayuda... —intentó evadirme, pero le agarré con fuerza de la muñeca.

—¡NO! Myki, no te acerques... —articuló con voz entrecortada. —Todos, aléjense... ¡FUERA! —gritó Damian.

—¿Estás loco? —exclamó Bri —Ni sueñes que te vamos a...

—¡LÁRGUENSE! ¡YA! —ordenó Damian señalando la puerta. —Tobes, sácalas de aquí... —añadió entre sollozos.

Jalé del brazo a Myki con brusquedad, me lanzó una mirada fulminante, arrugué la nariz, y sujetándola de la cintura, unos pasos después cedió con tristeza, no tardamos en alcanzar a Bri quien corría desesperada hacia la salida.

—Riley ¿me copias? Debemos de salir de aquí —exclamé por la radio.

¿Tobes? No comprendo... —comenzó Riley, le interrumpo inmediatamente.

—¡Sólo sácanos de aquí! —exigí.

Tobes, la señal falla mucho... —Riley no terminó la frase pues la radio se apagó por completo.

—Estamos atrapados —susurró Bri mientras se llevaba las manos a la cabeza con una expresión de miedo en su rostro, Myki y yo volteamos hacia Damian.

—Lo siento mucho —añadió Damian levantándose algo tembloroso, desenfundó su cuchillo y volteó hacia nosotros, lágrimas se resbalaban por su colorado rostro y, en su brazo izquierdo se lograba divisar la misma luz amarilla centelleante que tuvo Myki aquella noche.

—No puede ser... —soltó Myki preocupada en un hilo de voz.

—Bri intenta desbloquear la puerta y Myki...

—Ni lo pienses —me interrumpió Myki, miré a Bri con preocupación.

—Yo me encargo de los códigos, denme tiempo suficiente... —articuló Bri nerviosa.

Corrí junto con Myki hacia Damian, quien nos esperaba listo para atacar. Myki preparó su cuchillo sin muchas ganas, por eso me aventuré a realizar el primer movimiento, aunque Damian lo esquivó con enorme facilidad para luego ir contra Myki.

Una patada a la mano donde ella sostenía su cuchillo le obligó a soltarlo y en un intento de recuperarlo, Damian la tiró al suelo.

—Damian... Hermanito, por favor no —suplicó Myki. —No dejes que, lo que sea que esté provocando esto, te controle Dam...

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