Mykeila Jakoby
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Me encontraba en un gran jardín, con muchos árboles de tronco delgado, había flores hermosas regadas por todo el lugar, aunque el ambiente era triste, el cielo estaba nublado; comenzó a lloviznar por lo que escuché que se abrían paraguas detrás de mí. Al voltear, me topé con un gran grupo de personas con trajes militares, otros con prendas negras, pero todos con aspecto sombrío y triste, algunos sollozaban. Era un funeral. Volteé nuevamente al gran jardín y ahora estaba cubierto de lápidas... Un cementerio.
—Yo me encargaré de ti ahora, Myki. —sentenció una extraña y espeluznante voz, era una combinación de voces masculinas y femeninas, sonaban metálicas.
Comencé a sentirme muy nerviosa, mis manos sudaban, mis piernas temblaban; sentí el agarre de una mano un tanto áspera en mi brazo, su tacto estaba congelado, mi respiración comenzó a agitarse y cuando estaba por girar hacia atrás...
Me desperté completamente sudorosa y agitada.
—¡Myki! —exclamaron en el pasillo, giré mi rostro con rapidez a la puerta. —¡Levántate o llegaremos tarde al entrenamiento! —exclamó Tobias detrás de la puerta.
—¡Ya voy! —exclamé mientras me levantaba de un salto, dirigiéndome al baño. Me di una ducha, salí y me vestí lo más rápido que pude. Caminé muy apresuradamente hacia la puerta, la abrí con ímpetu, topándome con Damian y Tobias.
—¡Myki! —exclamó Damian mientras me abrazaba.
—Uh... Hola Damian —contesté en tono suave, estaba sorprendida por el gesto, aunque me alegró que me abrazara.
—¿Lista? —cuestionó luego de separarnos del abrazo. Asentí mientras miraba a Tobias, él me regaló una pequeña sonrisa. Nos dirigíamos a la nueva área de pruebas del laboratorio.
Cuando entramos nos quedamos completamente sorprendidos, era una habitación bastante grande, con una pantalla amplia en el fondo y muchas cápsulas individuales, nada más. Ferrer y el resto de Rix nos esperaban listos.
—¿Solo esto? —cuestionó Damian un poco decepcionado.
—Es más que suficiente, Jakoby. —respondió Ferrer con seriedad. —Les explico... —tomó una tableta inteligente y comenzó a mostrarnos una presentación en la pantalla. —El entrenamiento se llevará a cabo en un entorno de realidad virtual. Todo estará controlado por un sistema. Ustedes entrarán en las cápsulas y una vez conectados al sistema, serán enviados a diversos escenarios, se les asignarán objetivos que servirán para obtener los resultados que requerimos. Queremos saber cómo funciona su mente y cómo reaccionan a diferentes estímulos. —hizo una pequeña pausa, cambiando de presentación —Iniciaremos las pruebas uno por uno. No está de más pedirles que sean respetuosos y prudentes. Recuerden que cada uno es un mundo diverso... Todo lo que invada sus pensamientos se reflejará en su prueba. —tomó un papelito que había dentro de un pequeño frasco de cristal y lo leyó rápidamente. —Jakoby, Damian. Serás el primero.
—Genial —farfulló con sarcasmo. Tobias le dio unas leves palmadas cuando pasó por su costado.
Su prueba duró doce minutos, utilizó el combate cuerpo a cuerpo. Y, a decir verdad, verle fue algo espectacular, cambiaba de escenarios, en su mayoría eran los que habíamos presenciado durante el camino al templo.
Le siguió Riley, quien duró quince minutos, ella apareció en una ciudad completamente desolada, derribó a sus enemigos con tiro limpios, aunque recibió algunos de regreso.
Luego fue el turno de Brigette, duró veinte minutos, apareció en un terreno alto con un rifle francotirador, pero tardó en encontrar y disparar a sus enemigos.
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La Nación: 22 5 18 4 5 · 13 15 18 1 4 15 · 1 26 21 12
Fantascienza* Primera Parte * Cuando un ser humano muere, su existencia terrenal finaliza, evidentemente. No obstante, aquel deceso puede significar el inicio de otra cosa como por ejemplo: una vida nueva, una causa por la cual luchar, una investigación para pr...