IV

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Hola gente bonita, nada más paso por aquí para señalar que este capítulo ha sido editado y cambiado, tranquilos, lo que antes se decía en este capítulo ha sido adjuntado al capítulo tres.

Es así que este es nuevo. Sin más que decir ni comunicar continúen con su lectura.

1 mes antes de la llegada de los gemelos pines.

El hombre no dormía hacía varias semanas. Habían sido unos tontos al pensar que habían terminado con Bill Cipher: simples humanos contra un demonio de alto rango. Qué imbéciles fueron.

Había investigado a fondo, incluso regresó a la montaña donde encontró los primeros registros del demonio, pero no descubrió nada nuevo. Le preocupaba su familia, especialmente su sobrina, la más dañada. Esa maldita marca de enlace la unía con Bill. Pero ¿por qué el demonio se enlazó con su sobrina? Tantas preguntas y ninguna respuesta. Apoyó la cabeza en el escritorio, agotado.

Una ligera brisa acercó unos papeles escondidos entre otros tantos. Ford levantó la vista; eran otros registros de Bill. No, el símbolo era diferente: azul en vez del amarillo característico del demonio. Sorprendido, tomó los papeles y los revisó.

—¿Qué carajos? — murmuró. Todo estaba en ese registro: su invocación, su rango, su poder, menos su nombre. —Demonio de baja categoría, tiene el poder de afectar emociones, conocimiento universal, fácil de controlar; para invocarlo se necesita...— Leyó con atención el contenido, aunque había partes tachadas que parecían no tener importancia. —Tal vez si..., pero es muy riesgoso. Aunque el fuego se combate con fuego. — Tal vez fue el cansancio, el estrés o quizás ese ente que lo miraba, pero Ford se volvió descuidado al tomar esa decisión.

Pasaron los días y reunió lo necesario para invocar al demonio azul. No le dijo nada a su hermano; correría el riesgo solo y pagaría el precio igual. Su familia ya no tenía que pagar las consecuencias de sus errores.

En una noche de luna nueva, salió de la cabaña, se alejó lo suficiente para no ser visto y empezó su trabajo.

Triangulus, tangens. Meteorite, dominus marium. Pentagram dominus aquarum. Triangulus, tangens. Meteorite, dominus marium. Pentagram dominus aquarum. Triangulus, tangens. Meteorite, dominus marium. Pentagram dominus aquarum.— Todo a su alrededor se volvió gris, y un fuego blanco apareció en la rueda de invocación. Ford solo rogaba no haberse equivocado.

Observando el bosque oscuro y silencioso. De repente, un destello azul apareció—No puede ser... — murmuró, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

A medida que se acercaba al origen del destello, el aire se volvía más frío y pesado, una figura oscura y azulada se materializaba lentamente.

—¿Quién eres? — gritó Ford, con la voz firme, aunque su corazón latía con fuerza.

La figura triangular levito, mostrando un ojo brillante que parecía atravesar el alma de Ford.

—Soy tu respuesta — respondió con una voz que resonaba como un eco en la mente de Ford. —Me has llamado, y ahora estoy aquí.

Ford tragó saliva, sabiendo que había cruzado una línea de la que no había retorno. Pero en el fondo de su ser, una pequeña chispa de esperanza brillaba. Quizás, solo quizás, había hecho lo correcto.

Días después.

—Ford, no te ves bien, hermano.

—Estoy bien, Stanley. Estoy a punto de averiguar qué está pasando con la estatua de Bill.

—Solo es roca gris y vieja. Es normal que se desgaste con los años.

—No lo entiendes, Stan. Esa maldita piedra es lo que evita que Bill vuelva y destruya toda la jodida dimensión.

—Pero mira cómo estás. Ya eres viejo, no puedes seguir autodestruyéndote.

—¡Tal vez! — Ford explotó, su voz cargada de frustración y desesperación. Miró a Stanley con ojos cansados pero decididos. — Tal vez tienes razón, pero no puedo dejarlo. No puedo dejar que ese demonio gane. Stanley suspiró, sintiendo la gravedad de la situación. Ambos hermanos sabían que el tiempo se agotaba, y la sombra de Bill Cipher seguía acechando sus vidas.

Rompiendo Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora