Era la quinta vez en el día que veía el anillo, si se le miraba con atención se podía ver como resplandecía pequeños destellos además de nubes remolinadas de hermosos colores, no solo era un diamante negro, como ella pensaba, era una maldita galaxia encapsulada, no podía con el asombro cuando Pyronica grito con mucho entusiasmo elogiando el buen gusto del Señor Cipher, habían pasado cinco días desde esa cena, y aún se ruborizaba al recordar lo que el Dorito endemoniado le habia hecho sentir.
Pero por lo menos esa noche le había brindado ciertos privilegios.
Tenía acceso al jardín y a otras zonas del castillo, siempre con la compañía de Pyronica, estaba agradecida por esa libertad de andar por ahí, pero claro no todo estaba bien, el demonio había solicitado, más bien ordenado, que desde esa noche, la cena siempre deberán tomarla juntos, y vaya que era incómodo... Mabel aún no podía verlo a los ojos sin ruborizarse.La noche después de ese "suceso", Bill fue a su habitación, no toco la puerta, simplemente la abrió dejando ver a la castaña en su camisón lista para dormir, el camisón no ocultaba demasiado.
—Bi...Bill, ¿Ocurre algo?—balbuceo Mabel, intentando despejar la atención del demonio, quien parecía querer devorarla en ese instante.
—Estrella Fugaz, veo que la insulsa de Pyronica no te lo dijo, desde ahora cenaremos juntos—
—Pero... yo n...no estoy- estaba segura que su rostro estaba totalmente ruborizado, Bill sonrió y con un chasquido de dedos hizo que una mesa, silla y comida aparecieran en medio de la habitación.
-No te preocupes querida, nadie te verá en paños menores-
MALDITO CAMISÓN
Se repetía Mabel, Bill solo la miraba esperando una negativa de la castaña, aunque no iba a desperdiciar la vista de las piernas o de ese escote que... camino hacia la mesa ofreciendo el asiento a Mabel, quien un poco recelosa se sentó.-
Mabel sentía un nudo en el estómago mientras tomaba asiento frente a Bill. Aún le costaba entender cómo había terminado en esta situación, compartiendo una cena privada con el demonio que había arruinado su vida y la de su familia. Sin embargo, la presencia del anillo en su dedo, esa pequeña galaxia encapsulada, le recordaba constantemente que las cosas eran diferentes ahora, que había perdido parte de su autonomía.
—¿Por qué la decisión de cenar conmigo? —preguntó Mabel, intentando mantener su voz firme—. Tus hermanos se ofenderán.
Bill sonrió con esa expresión tan característica suya, mezcla de malicia y superioridad. Se sentó frente a ella, su mirada fija en los ojos de la castaña, como si buscara algo más allá de lo que decía.
—Mis hermanos saben cuál es su lugar, querida. —Su voz era suave, casi seductora—. Además, quería disfrutar de tu compañía en un ambiente más... íntimo.
Las palabras hicieron que Mabel desviara la mirada, enfocándose en el plato frente a ella. La comida estaba perfectamente preparada, pero no tenía apetito. Su mente seguía enredada en lo que había sucedido la última vez que estuvieron tan cerca.
—No necesito esta... intimidad, Bill —dijo en voz baja, aunque sabía que sus palabras no tendrían el impacto que deseaba—. No sé qué esperas de mí con todo esto.
Bill se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa y entrelazando las manos bajo el mentón.
—Lo que espero de ti, Estrella Fugaz, es que aceptes lo que eres —dijo, su tono suave pero firme—. Una chica ordinaria nunca me habría interesado, Mabel. Pero tú... eres diferente. Hay algo en ti que trasciende lo normal, algo que te hace especial. Y quiero explorar eso, contigo.
ESTÁS LEYENDO
Rompiendo Una Estrella
Fiksi Penggemar-"Oh dulce estrella fugaz no sabes lo que te espera... " esas fueron las palabras de Bill al saber que Mabel escapo de su burbuja para al fin derrotarlo Mabel sabe que Bill sigue vivo, sus pesadillas se lo dicen... Los personajes no me pertenecen Es...