Capítulo 2

126 8 21
                                    

Nota:

Arriba quedó una imagen que les será de mucha ayuda

Estoy en la casa de Carolina, arreglandonos para la fiesta, realmente no es que tenga muchos ánimos de ir, pero tampoco es que haya llegado a ir a una fiesta y la verdad no sé ni bailar

—ponte esto—es un vestido negro ajustado al cuerpo y llega 4 dedos más arriba de la rodilla o eso es lo que pretendo y es de mangas largas

Me lo pongo y en la parte de atrás me dificulta bajarlo

—nadie te dijo que tuvieras un trasero tan enorme—ruedo los ojos, Carolina siempre ha dicho que lo que tengo en los glúteos no lo tengo en los senos, a veces pienso que exagera—ya bajó

—casi que no—me miro al espejo y el vestido no se me ve tan mal pero me siento ¡Desnuda!, Realmente pensé que me quedaría casi en las rodillas, pero me queda algo corto

—creo que todas van a envidiar tú enorme trasero Celeste, hasta yo lo envidio—finge secarse una lágrima

—enserio exageras. Me siento Desnuda en este vestido—me siento en una silla y ella empieza a planchar mi cabello

—hay por favor, es por qué nunca has usado un vestido así—es verdad, me siento extraña

—eres tonta

Por fin termina de arreglarme y me miro al espejo, la piel de mi cara se ve tan suave y cremosa, como piel de porcelana, el maquillaje me está dando comezón pero se me ve bien, es muy decente. Mis cejas están depiladas y aún así se siguen viendo pobladas, una línea negra muy delgada está sobre mis ojos color miel, mis abundantes pestañas tienen rímel, lo cual las hace ver más largas

Esta no es celeste, es otra versión de mi

Esta no es la chica simple, a la que nadie determina por qué es pobre y poco atractiva, por qué no vive en una mansión y no tiene lujos, una chica que pocas veces come una comida especial, que no viste con marcas y no compra ropa todos los fines de semana, esta no es la chica que no tiene vida social, que solo ha tenido un novio y tiene unos pocos amigos, esta no es la chica real, es otra versión de mi

Esta otra versión durará solo unas horas y después volverá a la normalidad, a lo que es y fue antes, como la Cenicienta, detrás de su hermoso y resplandeciente vestido, sólo era una simple chica que al ser media noche, no quedaba más que una mujer que era tratada como sirvienta y la diferencia es que después fue feliz y tal vez algún día yo también pueda serlo, sin la necesidad de lujos

—ponte estos—me pasa unos tacones fucsias que no están tan altos que digamos, son cerrados hasta más arriba de los dedos y su tacón es en puntilla un poco delgado—¿Puedes dominarlos? —realmente no pensé que así fuera, los domine con facilidad

Carolina en cambio lleva un vestido blanco sin tiras, ceñido hasta su definida cintura y holgado hasta la mitad de sus largas piernas, la acompaña unos tacones negros brillantes, pero de plataforma

Lleva su cabello teñido de negro, corto hasta los hombros, ondulado, su cabello corto hace notar más sus enormes ojos negros, sus cejas gruesas bien depiladas, su piel es trigueña y en su rostro hay unas cuantas pecas que la hace ver más atractiva de lo que es

Carolina siempre ha tenido una vida feliz, su papá es contador público y tienen una buena posición económica, ella estudia en la misma universidad que yo (química) y aunque la querían meter a una universidad privada, ella optó por una publica

La conocí en noveno grado

Estamos llegando a una grande mansión (aunque todas las de esta cuadras son iguales). Nos sentamos en una barra—Dos whisky por favor—el chico no deja de mirar a Caro de una manera pícara y bueno ella menos, de igual manera el chico está guapo, aunque no pueda definir bien sus facciones por la oscuridad y las luces de colores

Tu haces que Me Enamore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora