Capítulo 36

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Aun no dejo de sentirme mal por lo que me enteré hace unas semanas, me gustaría olvidar todo y hacer de cuentas que nada pasó, pero es bastante difícil hacer algo como eso. Lo que más me duele es que mi madre me haya mentido todos estos años, que me haya alejado de mi padre y me haya dicho algo tan horrible como que el nos dejó y yo todos estos años odiándolo sabiendo que el ni culpa tenía

Ya llevaba varios días sin hablarle a Manuel y hoy acordamos en vernos para hablar bien sobre todo. No pienso contarle aun todo lo que me pasó, es demasiado pronto y un tanto doloroso

Me ha dicho que quiere verme con el vestido que usé en la boda de mi madre, no se por que motivo, pero quiere que me lo pongo

Son las 6 de la tarde y acordamos vernos a las 8 de la noche, presiento que iremos a un lugar elegante por mi vestido; me doy una ducha y comienzo a arreglarme

No me canso de decir que este vestido en realidad me gusta mucho; Me pongo unos tacones de punta cerrada y algo altos de color negro al igual que el vestido. Decido por dejar mi cabellera suelta ondulando un poco más. Me coloco algo de maquillaje y un labial de color rosa muy suave

Miro la hora y son las 7:50, no demora en sonar mi celular

Pensado esto, tres golpes retumban en la puerta. Siento un poco de miedo, pero abro encontrándome con un par de ojos verdes que me observan embobados

—Manuel Hidalgo—admito que luce bien en traje, aunque a el no le gusta para nada usarlo—si te ven aquí, me echarán 

—te vez muy linda—evade lo que dije

Sonrío

—gracias, tu igual—lo dejo pasar y lo primero que hace es atacarme a besos, yo obviamente le correspondo sin rechistar—pensé que estabamos algo enojados

—no me acuerdo—agarra mi cintura y comienza a besarme nuevamente

—¿a donde iremos?—separo mi rostro un poco de el para mirarlo a los ojos

—mi abuela nos ha invitado a cenar los cuatro—¿cuatro?—ese cuatro es Maxi—seguro mis ojos brillan de felicidad al ver nuevamente al pequeño

—y por eso estas usando traje—me río y gira los ojos

—mi abuela me ha obligado a usarlo—sonrío nuevamente

—entonces supongo que ya es hora de irnos—asiente

Busco mi bolso de mano, empaco unos cuantos pesos y me celular para después salir

—ese vestido me hace recordar algo—inmediatamente mis mejillas se ponen rojas

—si, no me lo recuerdes gracias—pensar en eso me pone mal por que de una manera u otra me acordé de mi madre y estoy tan enojada con ella que no me apetece ni siquiera tenerla en mi cabeza

—siento mucho si te molestó—está apenado

Manuel Hidalgo, la persona mas fría, odiosa y seria que conozco luce apenado

—no es eso, es solo que me acordé de algo que me puso un poco mal, pero a decir verdad hay que terminarlo algún día ¿no crees?—me siento sorprendida al decir eso

—Creí que nunca lo dirías, es más, deberíamos de no ir a esa cena e irnos a algún lado los dos solitos—sube y baja las cejas repetidamente

—no idiota, no le vamos a quedar mal a tu abuela—pone mala cara—ni con esa cara me vas a convencer

—bueno ni modo, no tengo otra opción que esperar—asiento y visualizo a ver si no hay alguien que pueda vernos, de hecho si hay alguien, la chica rubia de ojos verdes está mirándonos a través de su ventana

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