Capítulo 42

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Despierto aturdida por un pitido en mi oído bastante insoportable. La mejilla derecha me duele, siento que no puedo mover las manos ni las piernas y un olor repulsivo me hace levantarme con dificultad para ver bien en donde me encuentro realmente. Siento los labios secos y un mareo que me hace ver como si estuviera girando por todo el cuarto. Intento reparar lo mejor que puedo y parece ser que estoy en una especie de bodega mal oliente, tiene menchas extrañas en las paredes, como si fueran de sangre seca que lleva mucho tiempo allí

Mis pies y manos están atadas con un lazo, siento algo seco en mi boca, creo que es sangre. El cuerpo me duele bastante hasta tal punto que no soy ni capaz de moverme con ligereza

—¿que tal estuvo tu noche?—una voz ronca y fuera de lugar me hace poner bastante nerviosa

¡Mi mamá!

—¿donde estoy? ¿Y mi mamá donde está?—ríe en voz baja

—de seguro ella la ha de estar pasando muy bien, seguramente está teniendo sexo en este momento

—¿quien eres?—el ruido de unos zapatos se acerca a mi—¿y como que mi mamá...

Se agacha y sube un poco mi mentón para que lo mire a los ojos—soy yo

Y sus ojos verdes me observan con tanta malicia y odio que hasta siento que el va a matarme, siendo así que saca un arma que estaba situada detrás de su espalda. Si, definitivamente Manuel se encargará de matarme

—siempre he soñado con este momento, acabar y destruir a la hija de la asesina de mi madre

—no, ya te demostre que no fue así, mi madre no fue quien lo hizo, fue tu padre

—sabes, eres bastante ridícula y patética ¿enserio creiste  mis absurdos sentimientos hacia ti?—rie

—se que no eres sincero y ese no eres tu—sigue riendo

—pensaste que te tomaría enserio sabiendo que eres la hija de la asesina de mi madre

—sabes que no es así...

—te mataré, acabaré contigo sin si quiera tener piedad

—Manuel por favor...—suplico como tonta

—muy bien Celeste, Natalie  o como se que te llames—su arma la pega en mi frente

—Manuel...—siplico con lágrimas resbalando por mis mejillas y algo extraña sucede, el rostro de Manuel se torna más viejo, se transforma en su padre

—adios para siempre—dispara

Me levanto asustada y nerviosa, pensé que era real y resultó siendo una simple y horrible pesadilla ¿Manuel sería capaz de semejante cosa?. Algo que si es real, es las ataduras de mis manos y pies y el horripilante olor despreciable de este sótano tan repugnante, es tal cual como en el sueño. Busco por todo lado a mi mamá y la veo a un extremo desatada y acurrucada llorando

—¿mamá?—hablo en voz baja y con un poco de dificultad

—¡hija!—se acerca a mi débilmente y me abraza

—mamá ¿por qué estoy atada y tu no?—mira mis manos y pies y sonríe nerviosa

—como pude olvidar desatarte—comienza a hacerlo con lentitud hasta que poco a poco van cediendo las cuerdas

—mamá que es este asqueroso lugar

—estamos secuestradas—me río por el tono en que lo dice

Ya se que estamos secuestradas y también se por quien, pero lo que no se es en que lugar nos encontramos realmente, aunque a simple vista este ligar se me hace un tanto conocido ¿será el mismo lugar donde el mato a esas personas de aquel vídeo?

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