Capitulo 21

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Estoy en la biblioteca de la escuela, alejada de todas las personas que puedan estar cerca de mi o verme. He pedido prestado un computador y estoy con la memoria en mano. Dudo si meterla al computador o no

Creo que no lo haré, temo a que de pronto ese vídeo se guarde en esta laptop y puedan darse cuenta de lo que sea que haya en esa memoria

Mejor me conseguiré un cable que sirve para conectar una memoria al celular, estaría más segura así

Pienso en Hidalgo, tampoco me habló para saber si tengo que ir hoy o no, de igual manera voy a ir por si las moscas

Devuelvo el computador y me voy de la biblioteca, puesto que ya estoy por entrar de nuevo a clase

Nos han adelantado la última hora, en vista de que de nuevo el profesor faltará, otra vez saldré temprano; miro mi celular y no tengo ni un mensaje de Manuel, tal vez se le olvidó avisarme y seguramente estará esperando a que yo salga de clases

Hoy me he sentido de dos maneras, feliz por la boda de mi mamá e infeliz por la repentina aparición de la mujer de ayer, sigo consternada por lo que me dijo y por qué según ella, mi vida y la de mi madre está en riesgo por un vídeo que tiene esa memoria. Creo que no podré sentirme segura en ningúna parte

Las clases se han ido demasiado de prisa y Jack me ha invitado a almorzar de nuevo en su casa, dice que tiene que hablar conmigo, ojalá no sea algo parecido a lo de la vez pasada

Le mando un mensaje diciéndole que ya salí y resulta ser que lo veo en la gradas cabizbajo. Me acerco a el y palpo su pierna

—¿Te pasa algo?—me mira y noto varias ojeras bajo sus ojos

—¿Ya saliste?—evade mi pregunta

—si, pero te pregunté algo—poso una mano en mi cintura, retóricamente

—vamos primero a mi departamento ¿si?—asiento un poco preocupada, no me gusta para nada como está

Estamos caminando y lo noto mal, por su mirada hacia el suelo y pateando una que otra piedra

—me hubiera gustado invitar también a Carolina, pero ella a veces no toma las cosas enserio—me siento un poco mal que diga eso de caro, pero en cierto modo, el tiene un poco de razón, ella suele ser muy efusiva y constantemente no para mucho bolas de las cosas que pueden ser importantes

—si, en parte—respira hondo—¿por que no hablamos de lo que te pasa?—sigue con la mirada en el suelo y los manos dentro de los bolsillos de sus jeans beige

—mi familia—oh, oh—ellos ni siquiera quieren que me acerque a mi hermano

—¿Pero por qué?, ¿Aún no aceptan de que seas homosexual?—niega con la cabeza decepcionado

—según ellos, no me quieren volver a ver jamás y que no quieren que me acerque a mi hermano—son unos malos padres llenos de prejuicios

—¿Por eso estas tan mal?—asiente y paramos a una cuadra de su departamento—lo siento—nos abrazamos y el solloza—cuando ellos necesiten de ti, se arrepentirán por como te han tratado, pero siempre contarás conmigo y con la idiota de Carolina—rie levemente

—y hay otra cosa—mi corazón se acelera, está demasiado serio y nervioso—pero lleguemos primero al departamento

Ojalá no vaya a ser algo peor que el rechazo de su familia, no quiero verlo sufrir tanto, ni a él, ni a Carolina, ni tampoco a Jenny, a pesar de que solo es una amiga que tengo que presentarle a estos dos

Llegamos a su departamento y sigue igual de arreglado como todas las veces que vengo, el es demasiado juicioso

—ahora si dime qué es lo otro—está de nuevo nervioso

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