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     Dicen que el peor enemigo del ser humano es sí mismo. Personalmente, pienso que tiene razón. Lo que nos da poder, tiene la misma capacidad para matarnos. La mente es un órgano al que no tenemos en cuenta, con el que solemos bromear, llamándonos locos y sin reconocer que te estás burlando de la única arma capaz de matarte.

Cuanto más piensas, más pierdes tu mente. Los pensamientos surgen de nuestros mayores miedos, tendemos a horrorizarnos a nosotros mismos. Una mente tan poderosa, para tener pensamientos tan tontos.

Llevo un ramo de calas en la mano, grande y espeso. Para Daniels. Es hora de reunirme con él. El club decidió protegerme y encerrarme en una cabaña junto a Marvel. Me ha sido imposible no robarle el coche e ir al cementerio, pero nadie me prohíbe que no vaya a visitar a mi marido.

Una semana es mucho tiempo, aunque si lo dices rápido, suena como horas. Cuando extrañas a alguien, el tiempo se detiene y la agonía marca tus días.

—He vuelto. Lo sé, sé que no debería jugar con mi seguridad, pero necesitaba hablarte —comienzo a hablar mientras suelto el ramo en el suelo, junto a la lápida de cemento—. Te he traído tus flores favoritas. La verdad es que no pensaba si te gustaría tenerlas, siempre dijiste que era raro que una mujer le llevara flores a un hombre. Nunca me dejaste regalártelas. Pero ahora no estás para echarme la bronca —aprieto mis labios en una fina línea tratando de controlar mis lágrimas—. Te echo de menos, mi amor. ¿Por qué tuviste que meterte por medio?

Mis mejillas son inundadas por carreras de gotas de lágrimas, cayendo con fuerza y manchando mi camiseta. Mis rodillas tocan el suelo, húmedo y frío, pero es entonces cuando siento que por fin he conectado con él. He de estar loca, pero puedo sentirlo conmigo.

Los vellos de mi brazo se erizan, sonrío plenamente e inclino mi cabeza hacia el cielo. Estoy aquí, Daniels. Estoy aquí. Acaricio mi vientre abultado, sin dejar de sonreír. Papá está con nosotros, ángel. Asiento al aire. Por y para siempre, mi amor.

Duele no poder compartir la felicidad de gestar una vida dentro de ti con la persona que estás enamorada. Tuvimos un aborto hace un par de años, dolió pero él siempre estuvo ahí apoyándome. Mostró serenidad y capaz de superar los obstáculos que Dios nos ponga en el camino.

Ahora que por fin lo conseguimos, el mayor obstáculo jamás puesto, pudo con nuestro amor. Ya no está. No vivirá para ver nacer a su hijo, verlo crecer y cómo se convierte en un hombre. ¿Quién sabe? Quizá sigue el camino de su padre, amante de las motos y se une a un club.

—¿Sabes? Marvel está haciendo un gran trabajo. Cuida de mí, mantiene la promesa que te hizo. Tienes suerte de tener amigos tan fieles. Rosalía se lamenta cada día, ya no me quedan palabras para decirle que no es su culpa. Nadie te obligó a interponerte en medio de la bala y ella, fue tu decisión —sollozo—. Fuiste un estúpido, Daniels. Quiero enfadarme contigo por tomar esa bala, pero no puedo. Te extraño demasiado. No consigo dormir, siempre estás en mis sueños. Revivo una y otra vez aquella escena en mi mente todas las noches.

El recuerdo de su cuerpo alejándose de mí, interponiéndose entre la bala y León, toma cada respiro de mí. Un gesto valiente, pero también estúpido. Ni siquiera lo pensó.

—Vaya, bonita escena. ¿Quieres que te regale ya el Óscar? —se burla una voz detrás de mí, rápidamente intento levantarme, pero ejerce fuerza y noto el cañón de una pistola contra mi sien—. No, no. Ni se te ocurra moverte. Harás lo que te diga, ¿entendido?

—¿Qué quieres? No tengo nada. Lo juro.

—Hablas demasiado. ¿Por qué estás visitando a un muerto? Hablándole. ¿Sabes que sólo son trozos de carnes podridas y que no te escuchan, verdad? —se burla.

Lost & Found © (Bloody Hell MC #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora