Cuando creo que mi vientre ha completado su doblez total, me sorprende gritos dentro de mi cabeza anunciando que aún queda tres meses más. Seis meses y dos semanas. No quiero ponerme nerviosa, el parto es algo que me aterra, siendo sincera. En mi mente no entra la capacidad de comprender lo maravilloso que el cuerpo de una mujer, los cambios que puede sufrir y cómo puede dar vida.
Tampoco deseo pensar, ni por un momento, el post-parto. Sé que va a ser duro. No tendré a mi marido conmigo para ayudarme con el bebé. Tampoco podré llevar vida normal durante las primeras semanas hasta que todo vuelva a estar en su lugar y la criatura se adapte a una rutina.
Suspiro. Como siempre que termino pensándolo, me agobio. En el fondo, una parte de mí sabe que estaremos bien. Ambos sabremos adaptarnos el uno al otro. Madre e hijo aprenderán a tratarse, callar las necesidades de los dos e intentar continuar con vida normal tanto como sea posible.
—Si sigues mirando tu vientre de esa forma, créeme, no conseguirás que deje de crecer.
Rosalía lleva aquí unos días. Desde mi pelea con Marvel en el club y su aceptación a seguir cuidándome, pensó que lo mejor sería venirse aquí una temporada. También le han acompañado Broddy y Danielle. Algo que, simplemente, no sabemos cómo hacerlo.
Ambos niños están en esa etapa donde odian a su hermano. Bobby no sabe qué hacer, menos mi amiga. Me ha parecido encontrar un par de canas en su cabello, pero no pienso decirle nada. Sé que la enfadaría, y se llevaría gruñéndonos durante días.
—Lo sé, pero ojalá pudiera —dejo escapar otro suspiro antes de bajar mi camiseta y tapar mi piel desnuda—. Hay veces en las que realmente pienso en la posibilidad de que vengan dos. ¿No crees que está demasiado grande para estar de tan pocas semanas?
—Creo recordar que te dije que todo estaba fenomenal. No tienes de qué preocuparte, Karen. Sabes que, dependiendo del cuerpo, hay vientres que crecen más que otros. Incluso con formas diferentes.
—¿Me prometes que solo viene uno, y no te lo estás guardando para que en el parto me dé un infarto? —suplico.
Ella ríe, pero no niega nada. Las reducidas paredes de la cabaña se llenan rápidamente de gritos seguido de ruidos de motocicletas. De nuevo, todo el club está aquí.
Finalmente, tomaron mis consejos y Ares prometió proteger también a las demás mujeres y niños del club. ¿Qué sentido tenía mantenerme a mí encerrada, cuando los demás se paseaban por toda la Casa Club? Te lo digo yo: ninguno. Así que, con todo el coraje posible, opté por hablar con él y comunicarle mis pensamientos.
Al principio, se mostró reacio. Luego sonrió, negó y finalmente terminó aceptando. Un proceso bastante contractivo, pero exactamente fue esa secuencia. Por lo que ha estado trayendo a sus hijos junto a su esposa a la cabaña un par de veces al día.
No se han instalado muy lejos de aquí, a tan solo unas hectáreas, pero pensó que sería bueno estar en contacto con ellos.
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Lost & Found © (Bloody Hell MC #3)
RomanceObra registrada: 2004233753168 Karen está sola. Y embarazada. Su marido acaba de fallecer en la guerra contra uno de los clubes rivales: Los Hijos de Dios. Su vida ha perdido el sentido, excepto por el bebé que espera. Él le da esperanzas. Pero aho...