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     El olor de la carne turrándose me dan arcadas, a pesar de que he sido una chica buena y he intentado aguantarlas el máximo tiempo posible, no esta vez. Tapo mi boca con rapidez y paso a Hera a brazos de Jem, quien me observa frunciendo el ceño.

Me paseo entre medio de la gente buscando la salida. Un par de brazos intentan pararme pero me deshago de ellos. No recuerdo cuándo fue la última vez que me sentí así, pero definitivamente no era tan fuerte.

Entro en el baño y no me da tiempo a cerrar la puerta cuando estoy agarrando con el fuerza el váter y vaciando mi estómago. Las lágrimas por el esfuerzo pican en mis ojos e incluso un par de ellas caen por mis mejillas.

Ya no escucho el ruido de la música de fondo, mi cerebro a anulado cualquier sonido excepto el de mi arcadas. Sé que es Marvel antes de sentir un paño húmedo caer sobre mi frente. Su perfume inunda la diminuta habitación.

—Este bebé va a acabar conmigo. Lo juro. —lloriqueo.

Él ríe pero golpeo su costado a pesar de no tener fuerzas y queda más como un quejido. Tiro de la cisterna antes de bajar la tapa y sentarme sobre ella, con mis codos sobre mis rodillas y mi cara entre mis manos.

Me siento como la mierda.

Marvel pasea el trapo por mi frente seguido de mis ojos para limpiar el exceso de lágrimas Aspiro por la nariz antes de asentir y sentirme más relajada. La azulada mirada del enorme hombre frente a mí me observa con fijeza y concentración.

—Estoy bien, Marvel. No tienes que preocuparte de nada. ¿Podrías, por favor, pasarme mi bolso? Lo dejé en mi antigua habitación.

Él asiente antes de desaparecer y reaparecer segundos después con mi bolso entre sus manos. Regalo una sonrisa de agradecimiento antes tomarlo y sacar el cepillo de dientes que llevo para estos casos.

A pesar de tener veinte semanas de embarazo, las náuseas no se han ido. Tampoco las noté durante el primer trimestre, pero se están haciendo ver en el segundo. Suspiro cansada, entonces me sorprendo cuando Marvel se adueña de mi cepillo y procede a hacerlo él.

Me dejo hacer bajo su atenta mirada. Pequeñas arrugas en su entrecejo dicen hola cuando se concentra, es adorable. Cuando termina, seca mi boca con papel y me sonríe.

—Eres la embarazada más bonita que he visto.

Siento cómo mi sangre se concentra en mis mejillas. Muerdo mi labio inferior antes de asentir y dar un paso hacia delante.

—Gracias, Marvel.

Me alzo entre mis pies y beso su mejilla por primera vez en mucho tiempo y quizá me tomo más tiempo del debido. Mis pies vuelven a su altura y me sorprende su brazo alrededor de mi cintura. Suelto un suspiro involuntario.

—Lo siento. —susurro antes de alejarme de él.

Una vez en el pasillo la música me golpea de nuevo. Es raro estar de vuelta en Bloody Hell, pero Jem, mi presidenta, creyó conveniente venir y dar una fiesta de paz. Otra. Sinceramente, la mitad del club creemos que ella está haciendo cualquier cosa por ver a Ezra, pero por supuesto ella niega todo.

Hera, mi hija, ríe encantada en los brazos de Bobby. A su lado, Rosalía sostiene a Daniel, el hijo menor de ambos. Los dos bebés se observan con atención mientras Bobby hace muecas graciosas que saca una carcajada a mi hija.

Está riendo.

Tomo mi teléfono de mi bolsillo trasero y comienzo a grabar la escena. Hera ríe más fuerte lo que ocasiona que el labio inferior de Daniel se pierda en su boca y comience a sollozar.

Lost & Found © (Bloody Hell MC #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora