9 meses de embarazo.
La hora, en cualquier momento.
—Baja de ahí, mujer.
Suspiro por octava vez antes de, por fin, hacer caso y bajarme de la silla. Cuarenta semanas de embarazo y Marvel cree que soy de cristal. Es verdad que estamos en la recta final. Mi bebé podría nacer en cualquier momento.
—Eres un exagerado, Marvel. —contesto antes de tirarme a sus brazos.
Murmura cosas que no logro escuchar, refunfuña y la tensión no abandona su cuerpo hasta que mi culo está sobre la tela del sofá. Hera está dentro de su parque cuna, jugando con un peluche que Marvel le compró hace días después de que mi hija hiciera su primer berrinche.
Sí, él simplemente no pudo decir que no.
Con casi once meses, mi bebé está andando. Casi me ahogo en mi propia saliva cuando, con tan solo nueve meses, no atendí a su llamado y ella, con el carácter heredado de Daniels, anduvo hacia mí como si nada. Marvel perdió el habla. Él realmente no estaba preparado.
—Cualquier día harás que me dé un ataque al corazón.
Rio, negando. Sé y entiendo que quiera tener a su hijo ya entre sus brazos, nadie más que yo lo desea. Estoy cansada, mi espalda se siente como si fuera a romperse en cualquier momento y mis pies tan hinchados que no sé cómo puedo seguir andando. Por no hablar del plus que cada dos minutos tengo que estar yendo al baño.
—Ayúdame, por favor —pido—. Tengo que ir al baño.
Sonríe, niega y, sin ningún problema, me levanta del sofá. Es entonces, justo en ese momento, como un 'plop' se escucha y mis piernas se sienten mojadas. Sus manos se quedan estáticas bajo mis axilas, sus pupilas se dilatan en cuestión de segundos y pierde el habla.
Comienza a temblar y a negar. Ahora, me toca actuar a mí.
—Amor mío —comienzo—, eso que acabas de escuchar es la señal de que tu hijo está por nacer. Sigue mi voz y no entres en pánico. ¿Recuerdas la bolsa que hicimos hace semanas? —pregunto y él asiente—. Bien, necesito que vayas a por ella y la metas en el coche. ¿Crees que puedes hacerlo?
Asiente y muy lentamente me suelta. Tiembla un poco antes de dar dos pasos e ir a por la bolsa a la habitación del bebé. La primera contracción comienza y cuento en silencio cuánto dura. A duros pasos, camino hacia la barra de la cocina y tomo mi teléfono. Abro el cronómetro y suspiro de alivio cuando pasa.
Con Hera fue totalmente diferente. Tan rápido, que no me dio tiempo a asimilar nada. En cambio, con este embarazo, me he estado informando y con ayuda de mi matrona, sé los pasos que hay que seguir.
Marvel aparece de nuevo, más pálido de lo normal. Le sonrío e intento tranquilizarlo. Murmuro un par de órdenes, quizás más calmada de lo que debería. Pero él ya sabe el proceso. Estuvo conmigo en el parto de Hera.
Vuelve a perderse por el pasillo de las habitaciones, toma mi bolso y el de Hera. Desaparece por la puerta de la casa y suspiro cuando otra contracción aparece. La apunto rápidamente, me apoyo sobre el mármol de la encimera y cuento hasta diez mentalmente. Unas manos en mi espalda baja, en una caricia, me calma. El calor que desprende su cuerpo es un relajante natural que me relaja.
—Ya está todo. ¿Crees que puedes andar hacia el coche? —asiento—. Bien, iré a tomar a Hera.
Tomo el teléfono, las llaves de la casa y camino hacia la puerta. Escucho la carcajada de mi hija, feliz por estar en los brazos de Marvel. Ambos salen antes que yo, tomo la llave y la meto en la cerradura, pero justo otra contracción viene.
ESTÁS LEYENDO
Lost & Found © (Bloody Hell MC #3)
RomanceObra registrada: 2004233753168 Karen está sola. Y embarazada. Su marido acaba de fallecer en la guerra contra uno de los clubes rivales: Los Hijos de Dios. Su vida ha perdido el sentido, excepto por el bebé que espera. Él le da esperanzas. Pero aho...