31. Motel.

338 11 6
                                    

La semana pasó rápida, y debo admitir que andábamos a mil por hora, y tiempo de ver a Joseph aún no lo encontraba. Había venido a merendar ayer pero se fue temprano porque sus padres llegaron de viaje y tenía que ir a buscarlos.
Y yo estaba ayudando a mamá con su nuevo local de moda. Estábamos con los preparativos. Era como su secretaria, andaba de aquí para allá con mil mandados, pero lo hacía por ella. Me hacía bien verla con tanta ilusión.
Drew y Ariana iban cada vez mejor, a diferencia mía, se veían todos los días. Debía de charlar con mi amiga. Hasta a ella había descuidado. Quién a propósito ni un Hola recibo de su parte.

—¿Mamá donde colocó estas imágenes que mandaron los tíos Niall y Liam? —Grito a mamá quien está subida en las escaleras, pintando las paredes. Quedó bellísima la decoración debo admitir.

—Déjalas en la mesa y luego veo donde las colocó hija. —Me responde. Y aprovecho para observar las fotografías, son de ellos cuando eran jóvenes. Papá y mamá besándose. Papá con sus amigos, mamá abrazada a Niall. ¡que bonito! Jamás había visto estas fotografías y me fascinaron.

Mi teléfono me indica que tengo un nuevo mensaje.

*

De: Joseph

Para: Demi.

Asunto: Te extraño

Todos los días...quiero verte. Ya no soporto a mis padres. Te amo...

*

¿Y como no suspirar con mensajes así? Mi loco enamorado.

*

De:Demi

Para: Joseph

Asunto: Y yo...

¿merendamos hoy? Llamame quiero oír tu voz.

*

Y ni dos minutos pasaron que mi teléfono sonaba, mostrándome una foto que había puesto cada vez que el me llamaba.
Respondí ansiosa.

¿No que querías escuchar mi voz linda? —Oí del otro lado. Parecía que estaba acostado porque había silencio.

Reí. —Claro que quiero hacerlo. ¿tú no? —Dije mientras salía de la tienda, era pequeña y mamá podía oír todo, y no era mi plan favorito. —¿Dónde estás?

En casa, en un rato debo llevar a mamá a la casa de mi tía. Luego su quieres paso por ti Y podemos ir a algún lado....

—¿Qué tienes en mente? —Pregunto tímida, sus intenciones se sienten a miles de kilómetros.

¡No lo sé!— Ríe. —¿Qué tienes tú en mente?

La conversación se estaba tornando un poco caliente debía de admitir. La última vez que nos dimos más que besos fue cuando fuimos al boliche en la casa del lago. Hacía tiempo ya...Y lo necesitaba. Lo anhelaba. No sólo físicamente pero es como que su presencia tan lejana me dolía.

—Búscame y lo charlamos.—Le digo riendo. —Te espero en casa a las ¿6?

Ahí estaré linda. —Oigo su risa antes de cortar.

Mi Esposo, Padre Celoso (HARRY STYLES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora