33. parte II

273 12 4
                                    

Era tarde y yo aún no lograba levantar a Joseph, debía irme a casa porque sé que no me duraría la mentira más tiempo, sobre todo a papá, ya que mamá iba a cubrirme. Claro está que mamá no sabía los detalles de dónde me encontraba específicamente sino sabía que iba a pasar la noche con Joseph. Y así quedará o moriré de vergüenza.
Ni pensar lo que mi hermano puede llegar a hacerle a Joseph si se entera. También del tener cuidado al charlarlo con Ariana.

—Vamos Joseph levanta ya.

Nada..

—Me van a matar en casa, dormilón.

Su torso desnudo suspira pesadamente y sé que estoy logrando mi objetivo.

—Amor....

Le doy unos cuantos besos en su perfecto rostro. Aún así recién levantado y todo, es increíblemente bello. Parece salido de una revista de ésas de modelos.

Buenos días —Dice con la voz toda ronca, lanzandome suaves suspiros.
Me da un beso fugaz. Haciéndome odiar tener que irme a casa. —Que bonita sos.

Sus palabras hacen rugir mi estómago, no del hambre, del placer que me provoca sus palabras y la forma en la que lo dice.

—Tú no te quedas atrás. —Le digo mientras me acurruco a su lado, olvidándome por completo el porque quería levantarlo.

—¿Te encuentras bien?—Suena preocupado, atento. Por más simples suenen esas palabras me hace sentir muy bien que las diga. —¿La pasaste bien?

Sé que me sonrojé por completo. Su sonrisa lo delata. Le doy un beso en su mejilla.

—Si a todo. —Digo haciéndolo reír. Damos por finalizada nuestra sesión de besos y nos plantamos en irnos. Ruego a los cielos que papá siga durmiendo. Ya estoy viendo el sermón si llega a ser.
Entre besos y sin poder despegarnos el uno del otro, nos marchamos.

—Gracias.....realmente fue una experiencia diferente pero agradable...todo a tu lado es así amor mío —Le digo una vez en el coche. El Me sonríe y toma del mentón para darme un beso.

—Mi vida te agradezco a vos.. —Me dice. Yo sonrió y prendo la música. La suave melodía de un lento hace que nuestro recorrido sea más cómodo.

Una vez en la puerta de casa, observó la hora. 8:30....es feriado.. Por ende  pueden estar todos durmiendo.

—Relájate, no pasa nada. —Joseph interrumpe mis pensamientos, mientras me toma de la mano, haciendo que suba a su regazo. Estamos en el auto y no es una posición demasiado cómoda. —Me encantas mujer.

Lo beso. No paro de hacerlo. Es como adictivo.

—Joseph...—Advierto por cómo se está tornando pesado el ambiente.

—Saca tus manos de mi mujer, eres adictiva. —Me rió ante sus palabras ya que fue él quién me puso sobre su regazo. —¡Depravada!

—Llámame más tarde. —Digo acomodandome para bajar del coche.

—Lo pensaré. —Me dice divertido. Le sonrió y le doy un suave golpe en su fuerte, torso. —¡Auch!

—Te lo ganaste. —Juguetona le respondo. —Hoy iremos a cenar a lo de mi abuela, si quieres venir com nosotros.

El me sonríe sin dejar de mirarme picaramente. Este hombre es insaciable.

—¡Basta ya! Y avisame si quieres.

Bajo del coche sin su respuesta pero oyendo su risa. Y juguetona yo, meneo un poco de más la cadera logrando que tenga una vista de lleno de mi trasero. Giro sensualmente y veo su rostro totalmente boquiabierto. Logré mi objetivo. Río por lo bajo.

Mi Esposo, Padre Celoso (HARRY STYLES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora