Siete

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Hoy todo cursaba de manera normal para ambas chicas, durante estos días se han echo un poco más cercanas; no lo suficiente, pero tampoco para seguir siendo extrañas, tenían algunas cosas en común entre ellas pero también otras en total desacuerdo pero ya saben como dicen; polos opuestos se atraen, el día que fueron a comer helado la pelinegra se la paso hablando sobre las ventajas de ser mujer y lo que las parejas de sexos iguales podían hacer mientras las parejas "normales" no, para ambas chicas los estereotipos que tenia concebida la humanidad eran realmente bobos y ¿Quién las culparía? tienen razón, siempre tenemos ideas preconcebidas de como debe o tiene que ser algo y ese es nuestro mayor error.

La castaña estaba en su clase pero esta vez su amiga y compañera de lugar; Kim no había podido ir a clases ya que estaba enferma, dejando a la chica sola pero para su "suerte" alguien más se había sentado con ella y ese era Sebastián Villalobos el chico del que sus amigas le habían advertido era un perro por lo que se sintió incomoda al estar junto a el pero no se acercaría de más sólo lo suficiente para mantener su distancia, el chico parecía no rendirse ante nada; Daniela ya le había dicho que no quería nada con él pero este simplemente insistía más llegando a hartar a la chica, pero no seria grosera con nadie; ese no era para nada su estilo y mucho menos su comportamiento, por más que le disguste a una persona siempre era educada con todos y no odiaba a nadie, el odio no estaba en su vocabulario ni comportamiento; Todos merecen ser tratados con respeto.

Al terminar una incomoda clase la chica junto con sus dos amigos fueron hacia el hospital para iniciar sus practicas, durante toda la mañana durante la clase no había emitido ni más mínima palabra más que para hablar con sus amigos, así que una vez salieron de la institución para ir al carro de Johan inició a hablar diciéndole a sus amigos cuan incomoda y molesta había sido la clase, todo el camino como ya era costumbre se la pasaron hablando y cantando las canciones que pasaban en la radio, el carro de su amigo no era como el de la pelinegra pero para alguien a quien no le gustaba conducir como a la castaña no le importaba esto, al llegar a el hospital estacionaron el carro en su lugar asignado en el estacionamiento y entraron al edificio para poder registrarse y que les asignaran sus tareas del día; lo bueno es que les había tocado hacer los mismo que el día anterior a excepción de la cirugía, cada quien fue a su área asignada para hacer sus trabajos.

La ojimarron pasaba de vez en cuando por la puerta principal para ver si la chica de cabello obscuro ya había llegado, pero se iba decepcionada a seguir con su trabajo; María Jose sin duda era una compañía muy buena para cualquiera ya que su gran sentido del humor podía sacarle una sonrisa a cualquiera, pero aveces podía llegar a ser un tanto perturbadora, para la castaña no había persona más extrovertida que la chica de cabello obscuro aunque casi no demostraba sus sentimientos cuando lo hacia era verdaderamente sincero y puro, los pocos días que habían compartido les sirvieron a ambas para conocer a la otra lo más que pudieron. Ya había pasado un rato desde la ultima vez que Daniela fue a la puerta de entrada para ver si la otra chica ya había llegado así que decidió volver a ir y como si fuese adivina la ojiverde acababa de entrar y en cuanto la vio se acerco.

—Buenos días Daniela, ¿Cómo haz estado? —habló alzando ambos brazos dramáticamente y después como sino fuera suficiente hizo una reverencia

—No seas dramática nos vimos ayer. Pero sí, he estado bien; de echo bastante —se quejó riendo ligeramente

—Me alegro por usted, pero un día es un día —argumentó arqueando ligeramente una ceja

—Tienes razón; un día es un día

—Lo sé, siempre la tengo —habló segura como siempre haciendo que la castaña rodara los ojos, el ego de aquella chica sin duda era algo bastante gracioso aveces

POMPEIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora