El octavo mes hicieron el amor por primera vez.
Nada les dijo lo que sucedería, ni el canto de los pájaros, ni alguna príncipe llevándoles rozas o alguna clase de ángel caído del cielo. Ninguna persona peculiarmente extraña fue al hospital, y cuando caminaron hasta la cafetería ningún musical bobo comenzó.
Aquella vez no se sentaron en la mesa central, ni en la mesa cerca de la ventana, aquella donde solían centrarse porque a la peinegra le gustaba admirar a la gente caminando por la acera, esta vez ella quería posar su atención en alguien más, Daniela. Se sentaron en una de esas mesas del montón, una en donde no recibieran demasiada atención por parte de los demás, pero donde tampoco les permitiría ser ignoradas.
María José usaba un playera gris que le cubría tres cuartas partes del brazo, unos jeans azul claro y unos converse totalmente blancos. No habían chokers, chaquetas, camisetas ni vans, el color negro había desaparecido. Y en la mirada de la chica ya no existía superioridad.
Aún así Daniela lograba ver a su pegaso escondido entre su mirada.
—¿Sabes que día es hoy? —Preguntó la ojiverde apoyando su barbilla sobre su mano
Daniela suspiro al ver las vendas en las manos de la pelinegra, ya se había acostumbrado a ellas, las veía todos los días. Pero aún así seguía preguntándose cuándo la chica aceptaría tener ayuda.
Y esperaba con ansias que ese día llegara.
—Mmm... 22
—¡Exacto! —reafirmó con alegría —¿Sabes lo que eso significa?
—Pues... Que es 22
María José rió tiernamente ante aquello y negó levemente con la cabeza.
—Un día como hoy nos vimos por primera fuera del hospital —queria golpearse la frente en esos momentos ¿Cómo pudo haberlo olvidado? —me veía realmente hermosa y muy sexy, y tu también
Daniela tenia algunas imágenes de aquel día, pero no todo era claro. Es extraño, pero aveces olvidamos las cosas que verdaderamente importan.
—sigo preguntándome porque regresaste al hospital si ya no tenías a quien visitar —habló con una sonrisa que solo la pelinegra había visto
—Amor, te lo he dicho hace algún tiempo. Quería verte
—También recuerdo haberte preguntado porque no era suficiente con solo verme
La ojiverde elevó un poco la comisura de sus labios, parecía estar pensando en lo que diría. Paso su mano por la mejilla de Daniela mientras la miraba con cariño.
—No lo era porque yo buscaba algo más que un simple pasatiempo, algo más que una persona con la que solo podría platicar de vez en cuando.
—Entonces, ¿Qué es lo que buscabas?
Antes de contestar, María José dejo un delicado beso sobre los labios de Daniela, sonrió de tal forma que solo la pelinegra lograba causarle.
—Buscaba amor —confesó, y sus ojos brillaban de tal forma que parecía estar viendo el cielo —Cuando te elegí no estaba buscando un beso perfecto o una súper modelo, no buscaba a una chica perfecta. Lo que yo estaba buscando era a alguien tan delicado como sus movimientos, tan perfecto e imperfecto a la vez, alguien que demostrase su cariño e inocencia con tan solo una mirada, alguien que transmitiera amor con su voz... Yo se de amor, y también de corazones, por eso es que buscaba a alguien que lograse transmitir su amor sin ningún esfuerzo, porque en lo que yo hago, en cada fotografía que tomo, también hay amor. Yo buscaba a alguien que supiera ver y apreciar el arte.
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POMPEIA
FanfictionTodavía recuerdo cuando decías: Por si un día el mundo se olvida de mi, escribo mi nombre en los arboles. María José marcó su vida, para siempre. [Faltas de ortografía y errores ortográficos, lo arreglare en cuanto pueda] Inspirada en: LTDL - @Allys...