Fin

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Daniela calle jamás llegaba tarde al hospital.

De todas maneras, era un poco raro verla por aquellos lares durante sus días de descanso. Y todavía más riendo junto a Johan y Paula sus mejores amigos.

-¿Quién lo diría? Nuestra pequeña street ha crecido -decía dramáticamente Paula, como siempre -Johan agárrame que me caigo, mi bebé ya esta grande.

-Cállate idiota ni que ya tuviera 40 años. Que mal que Kim este preparando su baby shower porque se que le hubiese encantado ver tu drama -se burló Johan

Era divertido volver a reír junto a sus amigos, aunque lo cierto era que deseaba que su amiga de ojos claros estuviese junto a ellos.

Intentando distraer su mente de sus pensamientos y tratando de ignorar la pelea de sus amigos, que siempre decidian pelear frente a ella lo cual era gracioso pero no quería presenciarlo ahora, entonces miró hacia la pared que se encontraba detrás del mostrador, la misma que tan solo hace algunos años había sido testigo de sus grandes cambios. La frase de las rosas había sido cambiada por la de Lara Kler. las fotografías en los marcos sobre el escritorio ahora era diferentes, incluso había una nueva.

Además, pegaso y la sirena ya no estaban besándose.

-Mira, y ahí va la sonrisa de babosa otra vez -se quejó Paula rodando los ojos mientras señalaba su rostro

-Dejala, Pau. No puedo creer que por fin tengas una razón para sonreír de nuevo -habló con ternura el chico

-Estos años han sido complicados, Calle -explicó su rubia amiga, su voz ahora era tan suave y delicada como sus abrazos -... Creo que la tú de ahora es una buena forma para iniciar estos nuevos tiempos.

-Nuevos tiempos -repitió en un susurro

Después de todo por lo que había tenido que pasar aquello no se oía nada mal.

(...)

Una vez que salió del edificio blanco después de tener una pequeña charla con sus amigos, entró al automóvil que ahora era suyo. En el interior había algo de basura, pero eso no le interesaba. Mantenerlo de aquella forma la hacía sentir que una parte de María José siempre estaba con ella.

Se dirigió hasta un lugar que jamás se había esperado volver a pisar. En menos de media hora ya se encontraba parada frente a la puerta del apartamento 18 F, mientras se preguntaba si alguna de las personas que vivían en el edificio habrían vivido una tan triste y trágica historia de amor como la suya.

Tomó una profunda respiración para después entrar, había evitado esa escena durante vario tiempo. Ese no era un lugar en el que realmente le gustase entrar.

No después de lo que pasó.

Cuando estuvo adentro se encontró con basura por todas partes, cajas llenas de cosas que pronto dejarían aquel lugar, algunos muebles viejos y un frío aire de melancolía.

Enserio detestaba ese lugar.

Sintió un gran alivio una vez que recordó que aquel lugar estaría en venta ya. Habían algunos malos recuerdos que prefería dejar allí, tras esa puerta para siempre.

Vio la única caja que en realidad le interesaba llevar consigo, la abrió para encontrar en su interior una colección de libros un tanto peculiares, además del relato de una chica loca y un par de pinturas extravagantes.Y, a pesar de que todo aquello le traía algunos malos recuerdos no pudo evitar tomar el viejo libro con pasta de cuero y sentarse en el balcón.

POMPEIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora