El noveno mes compartieron historias.
Aquel inicio del día era el mismo como desde hace un mes: Con Daniela entre los brazos de María José.
—Frutica, es hora de despertar —habló mientras se acercaba a la cama y rodeaba con sus brazos la cintura de su novia. —Vamos, tengo hambre y se que tu igual
Daniela fingió seguir durmiendo con portal de tener durante mas tiempo de aquella forma a la pelinegra.
—Ya se que estas despierta, pero si quieres puedo comerme tus waffles
—Déjame dormir cinco minutos más, por favor —se quejó mientras escondía su cabeza entre las sábanas tratando de proteger sus ojos de la luz del sol que entraba por la ventana
—Si te levantas ahora podemos ir por helado más tarde
—¡Ash! Esta bien, ya voy
(...)
Ahora estaban saliendo tomadas de la mano de la heladería, ya era mas de medio día y ninguna había ido a trabajar hoy.
El hospital había estado cerrado desde hace ya un mes, estaban haciéndole algunos arreglos, prácticamente lo remodelarían así que ninguno de los que trabajaban allí estaban yendo, eran algo así como vacaciones. María José no había ido al campo pues hoy era el día de los cadetes, y también se reclutarían nuevos soldados por lo que el general les había pedido no ir.
(...)
Hoy no tenían nada por hacer, y su cita al aire libre había tenido que ser cancelada gracias a una nada sorpresiva tormenta. Como siempre el clima de Bogotá no les favorecía en lo absoluto.
Ahora solo les quedaba como opción besarse sobre el desordenado sofá de la pelinegra, no era nada romántico pero era mejor que morir de frío en la lluvia.
Fue cuando necesitaban recuperar la respiración que se separaron.
—Frutica, hablame de tus padres
Estaban sobre el sofá, María José sentada mientras recargaba su cabeza en los suaves cojines mientras Daniela estaba sobre sus piernas, había ocultado su rostro en el hueco del cuello de su novia.
—¿Mis padres?
—Sí amor, ¿Qué es exactamente lo que pasó con ellos?
Daniela tomo un gran suspiró, aquel tema no era uno del que le gustaba hablar. Le era difícil hablar de un doloroso pasado que prefería dejar en el olvido.
—Se llamaban María Fernanda y Germán —comenzó a relatar mientras trataba de que la tristeza no la invadiera por completo —Mi papá trabajaba en una empresa de golf como presidente, básicamente se dedicaba a viajar, mi mamá era abogada así que se la pasaba en el juzgado, casi no veía a ninguno de los dos, la única a quien veía todo los días era Juli. Antes de nacer, ellos se la pasaban viajando junto a Juliana por todo el país, un día durante un viaje hacia la capital del país, o sea aquí en Bogotá, hubo un pequeño percance y es que nací yo. Ellos me amaban tanto como Juliana ahora
Una pequeña lágrima resbaló por su mejilla y justo cuando iba a limpiarla se encontró con que su novia ya lo había echo.
—Recuerdo algunas cosas sobre ellos, pero no todo —imágenes llegaban a su mente pero ninguna era clara —Traté de olvidarlos, lo hice, creí que tal vez así no dolería tanto pero estaba equivocada, ahora duele más —cada palabra le dolía aún más e intentaba desesperadamente no llorar —Cuando llegaba de la escuela mi hermana ya estaba en casa, casi no veíamos a nuestros padres pero aún así yo era muy feliz, porque siempre que tenían tiempo libre se dedicaban a estar con nosotras dos
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POMPEIA
FanfictionTodavía recuerdo cuando decías: Por si un día el mundo se olvida de mi, escribo mi nombre en los arboles. María José marcó su vida, para siempre. [Faltas de ortografía y errores ortográficos, lo arreglare en cuanto pueda] Inspirada en: LTDL - @Allys...