POMPEIA

Veintitrés

El quinto mes ella perdió a alguien más

Se acercaba la época de festival, verano estaba finalizando, el otoño estaba llegando junto con sus vientos torrenciales trayendo consigo una de las festividades más especiales y aclamadas del año, así es como las decoraciones bobas comenzaban. Las calles estaban adornadas con pequeñas banderas de colores al igual que luces decorativas y alusivas a la festividad, ahora la recepción del hospital también estaba adornada. Además habían unas pequeñas vacaciones para los niños que pudiesen salir, lo cual todo el mundo había estado esperando.

Aquella estaba siendo una mañana bastante buena, un pequeño niño sobreviviente del cáncer acababa de salir del hospital con una gran sonrisa en su rostro al igual que su madre, estaban muy contentos, el pequeño había admirado con inocencia como su madre le daba las gracias a Daniela por cuidar de él.

Decidió hablar por teléfono con Pipe una vez que su descanso había llegado, llevaba tiempo queriendo hacerlo pero hasta ese día había cogido el valor.

—¿Hola?

—Hola Pipe —saludó al chico sentándose en la silla que quedaba detrás del mostrador

—Quieres hablar de Pau ¿Cierto?

—¿Cómo lo sabes?

—Pues no eres muy sutil Dani

Eso era algo que ya sabía, María José se lo decía siempre.

—¿Te dolió?

—¿Verla llorar por mi? Si, ¿Romper con ella? También

—Entonces ¿Por qué lo hiciste?

—Porque la amo demasiado, no quería verla sufrir diciéndole mentiras, no podría mentirle

—¿A que te refieres con... Mentirle?

—Me voy a ir mañana Calle, iré a estudiar a Australia. Sabía que todo iba a ser menos doloroso para ambos si le terminaba antes de que sucediera, ella no me habría dejado ir y yo no me habría querido ir, mi mamá se esforzó mucho para juntar el dinero y que pudiese irme de intercambio, no quería decepcionarla y que su esfuerzo no valiese la pena

Daniela no sabía lo que era perder a un amor y tampoco quería imaginárselo, debía ser horrible.

—¿Por qué no le dijiste a nadie las verdaderas razones? —lo cuestionó, aquello era algo que quería saber desde el inicio —Amo a Pau pero aveces es una idiota, se que te habría entendido

—Tal vez, pero habría llorado y lo que menos quería era verla sufriendo por mi, era mejor que todos me odiaran a tener que despedirme de ustedes, odio decir adiós, no quise decirle a nadie porque no todos habría opinado lo mismo, la gente suele ser cruel y con solo un error olvidan todo lo bueno —explico melancólico —Fue menos doloroso para todos de aquella forma

Daniela se quedó callada  pues no sabía que decir.

—¿Qué hay de ti Calle? ¿Alguien nuevo en tu vida?

No quería decirle todavía nada al chico, no creyó que fuese el momento.

—Nadie aún, pero eso no me preocupa soy feliz conmigo misma

—Me alegra

Y realmente lo hacía.

—A mi también, gracias Pipe

—¿Por qué?

—Por no ser de ese tipo de personas

(...)