I'm not playing// Tae // Jungkook

Capítulo 27

Jin permaneció varios días junto a mí, en varias ocasiones expresó su culpabilidad por haberse marchado. Intentaba mantener la cordura, pero de vez en cuando su rostro se ensombrecía.

—No puedo soportarlo más. Es imposible quedarme de brazos cruzados cuando ese bastardo de lastimó tanto.

—¿Qué harás? —me levanté de la cama.

—Tendré una conversación bastante amena con él, Quédate aquí, regresaré en un momento —salió sin decir algo más.

Era imposible no seguirlo, quería saber qué sucedería entre ambos, la curiosidad me estaba carcomiendo; además, necesitaba descubrir el motivo por el cual se detestaban tanto desde el inicio, porque el motivo actual era más que obvio.

No quería observar su desagradable rostro, mucho menos su despreciable sonrisa cínica; no obstante, sabía la existencia de algo detrás de todo. Asimismo, una disculpa no era suficiente, pero quería escuchar salir una de sus labios.

Esperé que pasaran algunos minutos, le pedí el auto a Suni y me dirigí a la mansión en la cual ese despiadado ser me llevó. En ese momento jamás imaginé que me haría algo así.

Conduje por un largo tiempo, pero dejé el auto varios metros antes del sitio. A como pude ingresé a la propiedad y me oculté detrás de un árbol.

Jin gritaba completamente enojado y pateaba la puerta. Unos minutos después Taehyung abrió la puerta y lo observó sonriente. Evidentemente sabía el motivo de la visita. Fred estaba detrás del chico y lo jalaba de la camisa; sin embargo, este le pidió quedarse dentro, así que cerró la puerta para permanecer cara a cara con Jin.

—¿Qué harás ahora, Jin? Te lastimé peor de lo que podrías lastimarme a mí —sus carcajadas me provocaron ganas de vomitar.

—¡Maldito seas, Taehyung! —blasfemó Jin, mientras sin previo aviso le lanzaba una oleada de puñetazos a la cara a su contrincante.

Cubrí mi boca con ambas manos para evitar chillar de horror. Su rostro estaba completamente ensombrecido, lo cual me recordaba al Jin del pasado, ese que lanzaba y destruía todo lo que se interponía en su camino, incluso, le daba fuertes puñetazos a la pared hasta el punto de destrozarse la piel de sus nudillos.

El espanto me invadió, sentía que debía hacer algo, pero permanecí petrificada en el sitio. Intenté dirigirme a ellos para separarlos, mis temblorosas piernas fallaron y terminé en el suelo. No quería que Jin saliera lastimado.

Su bestia interior salió nuevamente a la luz. Ahora parecía ser más salvaje y violento. Estrelló de un solo puñetazo el cuerpo de Taehyung contra la pared de la mansión. Él hacía el intento de defenderse, a pesar de que todos sus intentos parecían banales. Su fuerza era completamente inferior. En realidad, merecía esa paliza.

Si Taehyung desde un inició me resultó violento y fuerte, probablemente la fuerza de Jin era la de unos cinco hombres; además, sus movimientos poseían demasiada velocidad y cada uno de sus golpes era certero.

—¡Detente! —Taehyung intentó cubrir su magullado rostro, mientras caía de rodillas y comenzaba a toser.

La sangre no solo se deslizaba de las heridas de su cara, también tenía sus manos agrietadas y la sangre salía de su boca a borbollones. Sus manos temblaban muchísimo y su semblante era de puro dolor.

—Te lo advertí, ¿no? —el cuerpo de Jin se sacudió con fuerza y su espalda se encorvó —¿En dónde quedó tu supuesto valor?

—Fue muy fácil engañarla —su estómago se contrajo y escupió sangre, mientras lo observaba con provocación —. Ella no te quiere a ti, lo hizo conmigo pensando que era otro hombre, el hombre que ahora quiere.