Los pétalos de las rosas caían marchitos desde días atrás, pero esta vez se encontraban dispersos por el salón, junto a los trozos de vidrio blanco que anteriormente componían un bonito florero.
El tiempo no iba a volver atrás; los pétalos no se unirían ni aquellas rosas florecerían nuevamente, porque estaban muertas, así como nuestro amor. Con el paso del tiempo había decaído, se habían secado y lo poco que quedaba, se había hecho trizas. Él también las había pisado, metía siempre la pata, pero ahora intentaba remediar lo irremediable. Era tarde, demasiado tarde a decir verdad.
Intentó recoger las rosas y los vidrios que cegado por la ira destruyó, sin importar que su agarre no era para nada sutil por la desesperación, y los vidrios lograban rozar e incrustarse en lo que para mí alguna vez fue, sus delicadas y suaves manos, con las que antes me abrazaba y secaba mis lágrimas para murmurarme un "Todo estará bien". Claramente ahora nada lo estaba, tampoco iba a permitir que lo dijera.
Lanzó nuevamente los vidrios, dándose por vencido. Las gotas de sangre hacían un delicado recorrido por sus manos. Él retiró los cuantos vidrios incrustados y llevó ambas manos a su rostro con desesperación, también tiñéndolo del líquido rojizo.
—Por favor, So Hee —su voz estaba quebrada, y temblaba un poco por sus sollozos —. En serio lo siento.
—No es sano para ninguno, Jin.
Verlo tan vulnerable me hacía sentir como la villana de la historia. Quería más que nada en el mundo correr hacia él y decirle el "Todo estará bien" que solía decirme, pero no lo haría, aunque era difícil abstenerme de correr hacia él.
Jin era el chico más dulce y cariñoso que había conocido en mis años de vida; sin embargo, cambió. En el fondo sabía que él en realidad no quería hacerme daño, pero desde que fue diagnosticado trastorno explosivo intermitente, todo cambió entre ambos.
Comencé a notar aquel extraño comportamiento y lo acompañé al psicólogo. Recibió tratamiento, pero no logró dominarlo. Creía que mejoraría y todo estaría bien, incluso soportaba sus gritos por comprensión, pero días atrás llegó hasta el punto de golpearme.
Mi mundo se derrumbó al sentir el fuerte puñetazo sobre mi mejilla. Él no era Jin, o al menos no lo era para mí. Odiaba ese maldito ser que parecía haberse apoderado de él. Lo perdoné, pero no iba a volver con él.
—Voy a irme.
—No te atrevas a dejarme —su respiración era pesada, además parecía tener una lucha interna.
Su cuerpo estaba demasiado tenso, sus puños y mandíbula apretados. Debía irme pronto, él estaba a punto de estallar y no quería ser la persona en la cual él descargara su ira.
Limpió sus lágrimas, se levantó y se dirigió a su habitación. Pensé que se quedaría allí encerrado para evitar cometer alguna estupidez, pero para mi sorpresa regresó, y no solo, lo que hizo mi sangre helarse, corazón estrujarse y cuerpo temblar.
—Si te vas, seré quien le ponga fin a todo esto —mencionó entre dientes, mientras que sus manos temblaban.
—Basta Jin, debes detenerte —intenté sonar tranquila, pero probablemente él podía ver todo lo contrario en mis ojos.
—Decídete ahora mismo.
Lo observé sin saber qué hacer, pero no debía dejarme manipular. Tomé una decisión y tenía que afrontarla.
Me giré, dispuesta a salir de su apartamento. Gritó tan fuerte y desgarradoramente que mi cuerpo se estremeció.
—Adiós, So Hee. Te amaré por siempre —lo escuché decir, pero posterior a ello, un balazo hizo eco en el lugar.
Mis movimientos eran lentos y torpes, además sentí mi corazón detenerse por completo. Su cuerpo yacía sobre el suelo, y su camisa gris comenzaba a teñirse de rojo.
—Jin —lo llamé con incredulidad, con la ligera esperanza de que todo fuese una simple pesadilla.
Me acerqué a él y sus ojos se encontraron con los míos. Sus rosados y gruesos labios estaban entreabiertos.
Con dificultad saqué mi celular y llamé a emergencias.
Acaricié su mejilla y él simplemente me observó con atención, como si quisiera guardar hasta el último recuerdo. Observé que también había sangre por su cabeza, cuando se cayó recibió un fuerte golpe en ella seguramente contra el desayunador.
Escuché un último suspiro salir de su boca, y su mirada se perdió. Estaba muerto.
Los paramédicos ingresaron y me sentía en shock, no era capaz de articular una palabra. Quería que Jin me despertara y me dijera que seguramente había tenido una pesadilla, para después envolverme en sus brazos, besarme y susurrarme "Eso no pasará. Estaré aquí siempre para ti, porque te amo".
Tan siquiera tenía idea de a dónde me llevaban, pero me daba igual, era como si también hubiese dejado de vivir.
***
—¡Qué bueno que despierta, señorita! —un doctor me vio con alegría y un atisbo de alivio.
Intenté sentarme, pero sentí un fuerte dolor de cabeza y decidí acostarme nuevamente.
En pocos minutos la habitación había sido invadida por algunos de mis familiares, incluso los suyos. Algunos intentaban no llorar, mientras que otros no podían ocultar sus rostros repletos de tortura.
Comprendía lo que algunas palabras, pero no otras, y respondía solamente lo que creía necesario.
Se marcharon, pero los policías ingresaron para entrevistarme.
—¿Fue suicidio o lo asesinaste?
Aquella absurda pregunta hizo que se ganara mi atención, acompañada con una expresión de odio.
—No soy una asesina, eso es absurdo —le respondí de forma molesta y él asintió.
—Pero él te golpeó.
—Pero nunca fui como él —dije molesta, sintiendo las lágrimas deslizarse por mis mejillas.
—Oficial Lee —otro lo vio con evidente molestia —, salga de la habitación. Yo haré la entrevista.
El oficial que se encontraba de pie junto a mí lucía dudoso, pero obedeció y salió de la habitación.
—Lamento la imprudencia de mi compañero, señorita. Él es nuevo. Bueno, prosiguiendo con el caso, todo apunta a que fue un suicidio —me observó, y simplemente asentí —. ¿Qué pasó en ese momento?
—Él tuvo un ataque de ira cuando regresé para acabar nuestra relación. No me golpeó, pero hizo un desastre en su apartamento. Por un momento se tranquilizó y le repetí que me iría; él se fue a su habitación y regresó con la pistola, me dijo que debía decidir, pero cuando me disponía a marcharme escuché el disparo. ¡Jamás pensé que lo haría! —comencé a llorar nuevamente.
—Y le creo. Incluso fue fuerte e intentó ayudarle a controlar su trastorno. ¿Tiene idea de en dónde consiguió el arma? Sabes que aquí es ilegal poseer armas, tuvo que adquirirla en el mercado negro o algo por el estilo.
—No, debió hacerlo durante la semana que me fui.
—Tienes razón —apuntó algo en una libreta —. Todo estará bien, debe ser fuerte por su familia, ellos están preocupados e intentarán ayudarte a sobrellevar esta difícil situación. Que descanse —se despidió y salió de la habitación.
Mi vida había cambiado con el transcurso del tiempo, pero por ese incidente nunca más logré ser la misma, me sentía demasiado culpable como para seguir adelante y olvidar la tragedia.
*****
Hola, ya sé que el capítulo es algo corto, pero apenas es el primero.
Espero que les haya gustado. Voy a intentar actualizar una vez por semana.
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I'm not playing// Tae // Jungkook
Hayran Kurgu"Querida So Hee, no te enamores de mí, los demonios no sentimos amor ni compasión". xWangPuppyx 12/11/2017