Extra 1

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—Deberías agradecerme, te he hecho más fuerte —la enorme bestia sonrió de oreja a oreja, expuso su afilada dentadura y luego bebió el vino rojizo de su copa —. Tu mirada se ensombrece por el odio. Tan digno de mí, nuestras prácticas no incluyen el perdón, que eso sea para los débiles, no para los inquebrantables.

—¿Me has hecho fuerte? ¿Cómo? Solo me torturaste, dejaste que hicieron conmigo lo que quisieran, me escupieron, pasaron sobre mí, me molieron a golpes, me hicieron sangrar, destrozaron mi poca cordura. Después de muerto, arruinaron mi vida eterna. Eres desagradable.

—¿Lloriqueas por eso? ¿Qué esperabas? Aquí no recibimos a nadie con amabilidad, amor, amistad o un enorme banquete. Ninguno de los presentes es un santo; además, no deberías decirme cómo tratar a seres tan insignificantes. Confórmate con que te haya felicitado, conocía bien tu victoria y para lograrlo necesitabas dejar de ser tan débil, por ello te he moldeado a mi antojo. Aquí no serás jamás quien desees, sino quien yo quiero que seas.

Apreté mis dientes con fuerza y me estaba conteniendo para no lanzarme contra él, aunque su mirada desafiante y sonrisa cínica me incentivaban a hacerlo, me rogaban con falsa inocencia abalanzarme contra él para inmediatamente ser recibido a golpes.

—Ahora cuentas con cierto reconocimiento de mi parte, pero eso no te salva de los castigos, solo haz lo necesario para agradar a tu padre, incrementaré tu nivel de acuerdo a tus acciones. Tienes una personalidad persistente, así que no podré esperar poco de ti.

—Ya veré —me puse nuevamente de pie, sin atreverme a agregar algo más.

Su estrepitosa risa eso eco en todo el sitio. Aunque me alejara, aquella carcajada no perdía volumen, pero bueno, satanás hacía posible hasta lo inimaginable.

Parte de mi eterno castigo sería recordar cada uno de mis malas acciones, así que jamás podría olvidar lo patán que fue con So Hee para detener mi supuesto tormento, aunque recordarla desatara otro.

Para él, todo era una simple comedia y cuando menos lo esperaba tenía sus ojos clavados en mi espalda, nada, absolutamente nada, se le escapaba. Si por él fuera, dejaría salir nuevamente a Jin; sin embargo, entre mi negociación estaba hacer lo que él quisiera por dejarlo libre hasta la muerte de So Hee.

En serio espero que te vayas al cielo, So Hee, solo así te asegurarás de no verlo jamás y evitarás este martirio por la eternidad.

No sé cómo pasó, tal vez fue un día donde sentí mi soledad ser extrema, comencé a acercarme a algunos de los nuevos, la maldad de muchos de ellos no era como la de los más viejos, sus almas no estaban completamente corrompidas. Algunas veces sentía que había vuelto a la vida y como cualquier otro adulto joven estaba charlando con mis amigos.

En este profundo y oscuro agujero, el tiempo se detenía, pero me seguía ahogando en la tristeza. Nunca recuperaría mi antigua vida, tampoco tendría un futuro o envejecería como los demás. Estaba hundido, estancado.

Algunas veces Fred me veía con atención, porque había aprendido a leer mis emociones. Sus delgados brazos me rodeaban, mientras cerraba mis ojos con la esperanza de soñar que estaba vivo.

Cuando regresaba a la tierra, nada se sentía igual a la vida. Envidiaba a todo ser vivo por tener lo que yo no tenía. Podía quedarme allí como una estatua todo un día para observar a los demás, ¿sabrán ellos lo dichosos que son? Aquí no podía poner una soga al cuello o lanzarme a un precipicio para escapar de los problemas, más bien yo creaba los problemas. Como demonio, les hablaba a muchos al oído.

Sin que Fred se diera cuenta, algunas veces veía a So Hee de lejos y aprovechaba cualquier oportunidad para escribirle en un papel "Lo siento". Como los demonios también podían hacer milagros, aprovechaba de esta capacidad para intentar compensarle mi daño, aunque esto jamás sucedería y solo me sentía mejor por unos minutos, hasta que la realidad me golpeaba nuevamente.

Las coincidencias no existían para ti, cuando te veía frustrada porque habías olvidado la cartera, te hacía encontrar dinero; si tu día era gris y sentías desfallecer, con una zancadilla o empujón hacía a alguien más tener un momento embarazoso para sacarte una sonrisa; si querías llorar y necesitabas de un abrazo, enviaba a ti a alguien que lo hiciera; sin embargo, no todos los días eran malos, si estabas a rebosar de felicidad, solamente te contemplaba y me sentía embobado con tu hermosa sonrisa.

Aprovechaba que para ti era completamente invisible.

¿Por qué no te propuse escapar aquella noche, So Hee? Quizás los dos habríamos logrado ser felices juntos.

Me volví precisamente en la persona que jamás podrás ver, enamorarte y de quien debes huir. Podré sentir empatía algunas veces, pero no amor otra vez y mucho menos compasión. Nadie merecería vivir junto a alguien que podrá herirlo en cualquier momento.

Algunas veces me gustaría pensar que me recuerdas, pero luego me doy cuenta de que sería muchísimo mejor si no lo hicieras.

Sé feliz mientras puedas, yo seguiré oculto ante tus ojos para que puedas serlo.


*****

¡Hola! De verdad ha pasado muchísimo tiempo.

Tardé más de lo que imaginé para publicar los capítulos extra, pero como vi que la historia pronto llegará a los 100k, decidí intentarlo, así que aquí estoy.

En serio agradezco muchísimo que hayan leído el fic. La siguiente semana publicaré el siguiente capítulo extra (en total son 39); sin embargo, la idea de escribir la historia paralela con Tae sigue en pie, aunque probablemente no tenga tantos capítulos. 

En fin, hasta la próxima semana.💖

I'm not playing// Tae // JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora